espainfo.es
estamos en

domingo, 28 de enero de 2007


¿Es compatible la fe en el Dios de la Biblia con la teoría de la evolución?

Carlos Aracil Orts


Versión 28-01-07





Esta meditación surge al empezar a leer un libro sobre la teoría de la evolución, en el que se comentaba sobre el esqueleto de “Lucy”, descubierto en 1974 en Etiopía. Al parecer, estos huesos, bastante bien conservados y casi completos, no sé muy bien si correspondían a los de un animal de la familia de los simios o a los de otro tipo de mamífero que pudiera haber estado a medio camino en su evolución progresiva hacia su humanidad, y que vivió hace unos tres millones de años en esas estepas africanas. “Lucy tenía un metro de altura y un cerebro poco mayor que una pelota de mano, con 300 g de peso, menor que el de un chimpancé.” A partir de aquí, por mi desconocimiento del tema me hice muchas preguntas.


¿Cómo se sabe que este esqueleto pertenece a una adolescente y que tiene 3 millones de años? ¿Es posible deducir si es macho o hembra a partir de un esqueleto incompleto? ¿Es apropiado aplicar el adjetivo adolescente a un animal? ¿Qué edad tendría este animal para que se considerase adolescente? Si como parece murió tan joven no tuvo mucho tiempo para evolucionar, ni, por tanto, tuvo ocasión de tener descendientes que fueran avanzando en su evolución hacia la humanidad.


¿Eran de corta estatura o enanos nuestros antepasados? ¿Es posible que de un cerebro tan pequeño –aun menor que el del chimpancé– descienda el género humano? ¿Y cómo son las proporciones de los brazos y la forma de la columna vertebral, y el esqueleto de la cabeza y cara?. Hasta donde he leído no he encontrado más descripción o detalles del esqueleto Lucy, sólo que pertenecía a la especie, Australopithecus afarensis, y que de aquí descendíamos los humanos.


En principio, esta deducción me parece increíble (perdonen mi falta de fe en que la teoría de la evolución sea algo más que una hipótesis), no importa que largo y difícil nombre científico se le dé y cuantos millones de años se calculen que datan los restos encontrados. Si se trata de un animal será un animal desde que nazca hasta que muera. Y tampoco los descendientes de este animal, que por lo visto no tuvo porque murió joven, tienen por qué ser menos animales y más humanos que sus progenitores. Es para mi difícil pensar que un cambio tan esencial y fundamental se haya podido producir, a partir de condiciones externas y el paso de los años.


Continué leyendo el citado libro, y supe que Lucy era diferente a gorilas y chimpancés porque había aprendido a andar sobre sus patas anteriores o traseras adoptando lo que se llama una postura bípeda, y este cambio evolutivo se había producido porque los antepasados de Lucy se habían desarrollado en la estepa en lugar de la selva, lo que a su vez determinó que se modificaran sus hábitos, acostumbrándose a ir erguidos a fin de ver a mayor distancia, y con ello evitar ser presa de otros animales, a la vez que mejoraban sus posibilidades de atrapar o cazar a otros animales inferiores. El dato clave por el que se llegan a todas estas conclusiones es porque la forma de las caderas de Lucy se corresponde mejor con la postura bípeda que con la que tendría un animal que normalmente anduviese apoyándose en sus cuatro patas.


Reconozco que los únicos simios que he tenido ocasión de ver normalmente son los que aparecen en los documentales de televisión y cine, pero yo diría que algunos no se desenvuelven mal andando sobre dos patas. No pretendo ser especialista en ese tema, pero todos este tipo de animales, de la familia de los simios y similares, además de ser muy simpáticos, y tener cierta capacidad de imitación no dejan de ser animales en ningún momento, por mucha postura bípeda que adopten. ¿Vamos a deducir por eso que son nuestros antepasados? ¿Alguno de estos animales ha conseguido la facultad de hablar, pensar, o tiene la dimensión espiritual que caracteriza a todo ser humano? ¿La configuración de las caderas es una característica de incipiente humanidad?


Humildemente, puesto que no soy científico, ¿No es más importante la configuración o curvatura de la columna vertebral, la proporción de sus brazos respecto del resto de su cuerpo, el mismo esqueleto que conforma la cabeza, y la masa o volumen del cerebro? ¿Tenía Lucy la cabeza de un simio y el cuerpo de un ser humano? ¿Podría tratarse de una malformación de un ser humano real, o de un simio total? Si este esqueleto fuese analizado por científicos no evolucionistas ¿cabrían otras interpretaciones? En cualquier caso, y con los pocos datos que poseo parece un esqueleto muy extraño, del que sería conveniente obtener opiniones de otros científicos con orientaciones creacionistas para contrastar sus conclusiones al respecto.


Por otro lado, me resulta imposible creer, racionalmente, que el cambio del estilo o hábitos de vida de los antepasados de Lucy haya sido el detonante capaz de producir el gran cambio que implica la transformación de animal a ser humano, de naturaleza animal, a naturaleza humana. Me parece esta explicación muy típica de los evolucionistas. El azar y la necesidad son los que producen las grandes transformaciones con el tiempo, mucho tiempo. En mi opinión, deducir, de esa circunstancia accidental que se pudo producir, que los animales van progresando hasta obtener la gran transformación que los convierta en seres humanos, creo que es, a mi humilde entender, materialmente imposible, y hay que ejercer mucho más y mejor dosis de buena fe que para creer en una creación por Dios.


La existencia del ser humano no ha podido depender de determinados accidentes o condiciones más o menos favorables que se hayan producido en el pasado, como por ejemplo que los animales pasen de la selva a la estepa. El león seguirá siendo león, y el tigre, tigre, y no se puede uno ni imaginar como habiendo esa diferencia tan grande entre los mamíferos, estos hubieran podido evolucionar hasta convertirse en las distintas y variadas especies que existen desde la antigüedad hasta hoy en día. ¿De que animales evolucionó la familia de los simios hasta llegar a ser lo que son? ¿Por qué no evolucionan ahora? Quizá se nos diga que no han pasado todavía millones de años.


Por tanto, cuando se afirma que “la postura bípeda fue el cambio clave que condujo al aumento del cerebro y de la inteligencia”, no podemos pensar otra cosa que, sencillamente, es algo indemostrable. Simplemente es una hipótesis. O sea que, échate a andar sobre dos patas, pon unos millones de años de hacer animaladas y de comportarse como lo que son -unos animales, y llega un buen día, y esos animales empiezan a tomar conciencia de sí mismos, se les endereza la espalda, les aumenta un montón el cerebro, hasta se vuelven atractivos, y simpáticos. Claro, sólo es necesario que pasen unos millones de años más, que más da. La filosofía de todo esto, es que el tiempo y la necesidad lo arreglan todo, y que Dios no es necesario. Que el ser humano no es culpable de pecado ante Dios.


Por otro parte, deducir que el sentido moral del ser humano se origina o se deriva de su inteligencia, sería tanto como inferir que a una mayor inteligencia le corresponde necesariamente una mayor dosis de moralidad, lo que no coincide con la realidad o no se produce en la vida real. Uno puede ser muy inteligente, y ser inmoral completamente. El ser humano dispone de una información en sus genes que no ha podido producirse por azar, por casualidad, por generación espontánea o por evolución. La dimensión espiritual del ser humano, su espíritu religioso, su conciencia, el conocimiento de las leyes que rigen la moral, ¿todo ello se ha adquirido “al andar por la estepa”? O ¿Ha podido la evolución dar a ciertos animales este sentido moral a que nos referíamos antes, quizá, basándose en millones de años? El que quiera o pueda que lo crea, pero si es creyente, corre el riesgo de eliminar a Dios de su vida.


La evolución nunca podrá explicar el origen del mal, y por qué unos se inclinan al bien y otros al mal. La existencia de la muerte es un extraño evento para todo ser humano que anhela vivir eternamente, y que tampoco se puede explicar humanamente sino es por revelación sobrenatural.


Admitimos que ciertos cambios en las formas de las especies se han podido producir, pero nunca implicando transformaciones que cambien a otra especie distinta, y desde luego jamás hasta el extremo de que un animal se transforme en ser humano con todo lo que ello representa en sus tres dimensiones cuerpo, alma y espíritu.


De ninguna manera puedo compartir la filosofía en que se basa la evolución: es decir, la receta, sería: Tómese como sustancia base un buen primate, expóngase a buenas dosis de azar y de necesidad, y a millones de años, y el resultado final será el hombre.


¿Qué subyace o mejor qué es evidente en la teoría de la evolución? Que el mundo se hizo a sí mismo, nació la vida por generación espontánea. La vida compleja procede de la simple. De una célula van formándose distintos seres vivos, sin saber cómo, hasta llegar a los mamíferos.


Si yo entendiese que mis antepasados son unos animales, unas bestias, ¿adónde me llevaría? ¿Sería positivo o negativo para mi vida? ¿Me haría más responsable, más bondadoso de día en día o por el contrario, endurecería mi corazón hasta llegar a decir, no hay Dios, el mundo es una selva, y el hombre un lobo para otro hombre? ¿Cuál es mejor opción? ¿Sería preferible entender lo humano, lo que nos distingue de otros seres vivientes y del resto del universo, como producto de la evolución o como una creación directa por Dios?


Creo sinceramente, que la opción de que no somos un producto de la evolución sino la obra de la voluntad creadora de un Dios personal que con amor nos rescató de la muerte en Cristo Jesús, se ajusta más a la realidad, aclara el misterio de la muerte, nos da un sentido trascendente a la vida, nos eleva hasta hacernos participes de la divinidad como hijos de Dios, y sobre todo nos hace más bondadosos y amantes de los demás y por tanto más felices.


Sí creemos en Dios creador, consideraremos que el hombre es hecho a imagen de Dios, y que el hombre se apartó de Dios, y así le ha ido, pero Dios no nos ha dejado solos en este mundo, sino que vino a rescatarnos, nos tendió la mano, con su Hijo, Jesucristo, y nos dio la maravillosa esperanza de la resurrección y la vida eterna.


Evolucionismo y creacionismo son dos formas totalmente opuestas de ver el mundo, lo que somos, de dónde venimos y adónde vamos. La primera trata de explicar todo y de vivir sin Dios, y la segunda tiene a Dios como el centro, la causa, y el motor de su vida. Son posturas irreconciliables.


Lo grandes problemas por los que atraviesa la humanidad hoy en día, en todos los órdenes, no se solucionarán sin tener en cuenta a Dios y su voluntad. La teoría de la evolución al rebajar a la humanidad pretendiendo que procedemos de los animales, embrutece al hombre, margina a Dios, y ha hecho y seguirá haciendo que el número de ateos en el mundo se multiplique, con lo que aumentará la impiedad. Sólo conociendo la voluntad de Dios que está en su Palabra podremos llegar a buen puerto, entenderemos no sólo lo que somos, sino lo que fuimos, y adónde llegaremos con su ayuda.


La teoría de la evolución, es eso, sólo una teoría, que es incompatible con la revelación dada por Dios a través de su Palabra y de su Hijo Jesucristo. ¿Qué sentido tiene que Dios se valiera de la evolución para crear a los seres humanos, si, precisamente, lo que la evolución pretende es eliminar a Dios del universo, si eso pudiera ser?


Admitamos por un momento que la evolución tal como la proclama su teoría, fuese una realidad, es decir, la vida vino a este mundo y a otros muchos millones de mundos posibles, en todo el universo por azar y por necesidad. Es decir, atribuimos al azar, lo que en sí mismo no puede ser más infecundo, el que la vida surja de la combinación química de ciertas sustancias en determinadas condiciones, lo que matemáticamente podría representarse como la probabilidad de que al dispersar en el aire las letras del abecedario, se multiplicaran, y al depositarse en tierra, se reunieran formando un libro como la Biblia o el Quijote de Cervantes. ¿Y la necesidad? ¿Quién quiso que haya vida? ¿Qué necesidad hay de que exista vida?¿Qué circunstancia es necesaria que ocurra para que haya vida?


Quizá esta explicación evolutiva del origen de la vida es suficiente para una persona que no cree en Dios. Necesita tener una respuesta, y ya la tiene, una teoría de la evolución cada vez más elaborada, y avalada por más científicos, por tanto, no le queda otra opción que rechazar la, mucho más plausible, de la existencia de un Dios creador del universo.


En mi opinión, no podemos tratar de compatibilizar ambas opciones. Porque si una es verdad, la otra no lo es. O ¿acaso podríamos compaginarlas ambas de forma que mantuviéramos que Dios existe y también la evolución? ¿Adónde nos llevaría ello? Vamos a tratar de plantear este asunto. Partimos, pues, del supuesto de que Dios existe y ha elegido crear usando los principios implicados en la teoría de la evolución.


¿Dónde empieza Dios a crear la vida? ¿Crea el planeta Tierra y otros muchos mundos pero sólo la materia inanimada o inorgánica, y pone ciertas condiciones para que brote la vida espontáneamente de la materia y atmósfera de esos planetas? O ¿Quizá Dios creó la materia pero no las leyes para que se formara la vida porque él sabía que la vida surgiría con el tiempo, es decir, dejando pasar millones de años? ¿Dónde empieza actuar Dios, en qué momento de su creación? ¿Qué hace Dios y qué hace la evolución?


Si creemos en Dios, hemos de suponer que el haya creado alguna cosa, ya sea la materia inanimada, las condiciones para que nazca la vida o ambas cosas, porque en caso contrario, llegaríamos a la nada, a la no-existencia de Dios. ¿Qué crea Dios además de la materia inanimada? Sin embargo, en nuestra calidad de creyentes en Dios, posiblemente le atribuyamos a Dios una intervención mayor en su creación que la que le asigna la evolución, que es ninguna. ¿Ha creado Dios la célula originaria de la vida, o la primera bacteria, y le ha puesto la información en sus genes y ADN para que se reproduzca y se multiplique y se transforme en diversidad de especies empezando de la simple a la más compleja, proyectando que nazca el ser humano de una especie inferior?


Supongamos que ese haya sido el plan de Dios para su creación. Un plan que debe coincidir con el de la evolución. Dios, que no diremos no puede, en ningún caso porque no hablaríamos de Dios, sino que no ha querido crear directamente a cada una de las principales especies, ha preferido que las especies se generaran a partir de una sola especie que ha ido transformándose, como por arte de magia, en multitud y diversas especies, hasta llegar a la especie más parecida al hombre, los simios.


Hemos recorrido un largo camino hasta que la tierra se poblara, ¿espontáneamente?, con todo tipo de flora y fauna, ahora estamos en el planeta de los simios. Si yo fuera Dios diría éste es el momento de crear alguien a mi semejanza ¿Qué mejor que apoyarme en estas criaturas tan “monas” que yo he creado con mis principios evolutivos? Sin embargo, ahora, se siguen planteando varios problemas.


En realidad si las especies han podido evolucionar hasta llegar al estado en que están hoy en día, de acuerdo a los principios de la teoría de la evolución, no sería necesaria la intervención de Dios para nada, pues esa teoría defiende que algunos simios han ido progresando en inteligencia hasta convertirse en completos seres humanos con todas sus características y prerrogativas, y, por tanto, llegando a ser poseedores de las tres dimensiones que distinguen a los humanos: física, psíquica y espiritual.


Los problemas surgen cuando queremos compatibilizar la creencia en la teoría de la evolución con nuestra fe en el Dios de la Biblia y en su Palabra revelada. Para tratar de lograrlo tendremos que fijar el momento en que Dios interviene en la historia de la formación de la humanidad, y el alcance de su actuación en la misma.


Intentemos imaginarnos un planeta tierra que desde su desolación más completa, con ausencia de todo tipo de flora y fauna, llega a través de muchos millones de años a poblarse con todo tipo de especies animales y vegetales. ¿Quiénes han gobernado la tierra y administrado sus recursos y posibilidades durante esos millones de años? Los seres más desarrollados que pueblan la tierra son animales de la familia de los simios pero incapaces a todas luces de equiparase a los seres humanos, y, por tanto, de iniciar algún tipo de actividad que represente el comienzo de la historia de la humanidad.


¿Qué ocurre, según los evolucionistas, para que surja el hombre? Que determinados simios, por las condiciones físicas en que viven, van evolucionando, no a peor, sino a mejor, no que se hagan más fuertes físicamente, o más hábiles para defenderse de otros animales, no sólo que se enderecen y se hagan bípedos, y se transformen físicamente a semejanza del hombre, sino que fundamentalmente se hacen más y más inteligentes, hasta configurar lo que es un ser humano con las tres dimensiones que citábamos arriba y que caracterizan a la vida humana.


Lo curioso y sorprendente es que esta ley evolucionista que convierte a unos simios en seres humanos, a otros, sin embargo, viviendo en las mismas condiciones, no les afecta, permaneciendo, a través de millones de años, invariables en cuanto a su animalidad hasta el día de hoy, que todavía no sean convertido en hombres, a pesar de los millones de años que dicen, los evolucionistas, que han pasado.


Los creyentes en Dios que todavía quieren contemporizar con la teoría de la evolución se enfrentan, pues, con la necesidad de establecer que Dios ha intervenido en un momento de la prehistoria eligiendo a una pareja de simios para crear, a partir de ellos, a la primera pareja humana perfecta que reúna todas las características que definen al ser humano como tal, es decir, su libre albedrío, conciencia, inteligencia, espiritualidad, capacidad de amar, etc. Sin embargo, esto todavía conlleva problemas, pues para los evolucionistas, la muerte existió desde el principio del mundo, y para un creyente, la muerte surge, al principio de la historia humana, como consecuencia de la acción de desobediencia ejercida con la libre voluntad de nuestros primeros padres, por lo que al separase e independizarse de Dios que es la causa, fuente y sustento de toda vida, provocaron que la muerte apareciese por primera vez.


Concluyo que como creyente, la teoría de la evolución no me es útil para avanzar en la fe, en el conocimiento de Dios, en su plan de salvación mediante la muerte expiatoria de su Hijo Jesucristo, en la reconciliación con Dios y con los demás seres humanos, pues al considerarme adoptado como hijo por Dios, me siento valioso y mi naturaleza humana se ennoblece, y se espiritualiza. Al sentirme, por tanto, miembro de la familia divina y humana, y tener como realidad ya obtenida la salvación y vida eterna, prosigo, como diría San Pablo (Fil. 3), al objetivo de una vida que progrese, en Cristo Jesús, en santificación hasta la muerte, o hasta la segunda venida de nuestro Señor en poder y gloria, manteniendo siempre la bienaventurada esperanza de que si la muerte nos alcanza antes de su venida, tenemos asegurada la resurrección por sus infalibles promesas.


Necesitamos, por tanto, para que el edificio de nuestro fe se mantenga firme contra toda tempestad, fundamentarnos, no en arena de la evolución, sino en la Roca de la eternidad que es Cristo, y en su Palabra que alumbra en las tinieblas de este mundo. No hay nada que explique mejor por qué existe la muerte, la maldad y el dolor en este planeta que la Biblia (véase, por ejemplo, Romanos 5:12 e.a.). Por tanto, no nos dejemos influir por los argumentos de la teoría de la evolución que sólo pueden conducirnos a rebajar nuestra condición y nuestras expectativas como criaturas de un Dios misericordioso que ha entregado a su único Hijo para que todo aquel que en él cree pueda tener vida eterna. Atendamos el consejo de Pablo a Timoteo: “(20) Oh Timoteo, guarda lo que se te ha encomendado, evitando las profanas pláticas sobre cosas vanas de la falsamente llamada ciencia, (21) la cual profesando algunos, se desviaron de la fe. La gracia sea contigo. Amen” (1 Tim. 6:20,21)


lunes, 8 de enero de 2007

3. Objeciones sobre el estado inconsciente de los muertos


Revisión 01-01-07

Carlos Aracil Orts


El Rey Saúl con la pitonisa de Endor.


¿Fue realmente el espíritu de Samuel el que se apareció a la adivina de Endor?


1 Samuel 28:3-20

Saúl y la adivina de Endor

3 Ya Samuel había muerto, y todo Israel lo había lamentado, y le habían sepultado en Ramá, su ciudad. Y Saúl había arrojado de la tierra a los encantadores y adivinos. 4 Se juntaron, pues, los filisteos, y vinieron y acamparon en Sunem; y Saúl juntó a todo Israel, y acamparon en Gilboa. 5 Y cuando vio Saúl el campamento de los filisteos, tuvo miedo, y se turbó su corazón en gran manera. 6 Y consultó Saúl a Jehová; pero Jehová no le respondió ni por sueños, ni por Urim, ni por profetas. 7 Entonces Saúl dijo a sus criados: Buscadme una mujer que tenga espíritu de adivinación, para que yo vaya a ella y por medio de ella pregunte. Y sus criados le respondieron: He aquí hay una mujer en Endor que tiene espíritu de adivinación.

8 Y se disfrazó Saúl, y se puso otros vestidos, y se fue con dos hombres, y vinieron a aquella mujer de noche; y él dijo: Yo te ruego que me adivines por el espíritu de adivinación, y me hagas subir a quien yo te dijere. 9 Y la mujer le dijo: He aquí tú sabes lo que Saúl ha hecho, cómo ha cortado de la tierra a los evocadores y a los adivinos. ¿Por qué, pues, pones tropiezo a mi vida, para hacerme morir? 10 Entonces Saúl le juró por Jehová, diciendo: Vive Jehová, que ningún mal te vendrá por esto. 11 La mujer entonces dijo: ¿A quién te haré venir? Y él respondió: Hazme venir a Samuel. 12 Y viendo la mujer a Samuel, clamó en alta voz, y habló aquella mujer a Saúl, diciendo: 13 ¿Por qué me has engañado? pues tú eres Saúl. Y el rey le dijo: No temas. ¿Qué has visto? Y la mujer respondió a Saúl: He visto dioses que suben de la tierra. 14 Él le dijo: ¿Cuál es su forma? Y ella respondió: Un hombre anciano viene, cubierto de un manto. Saúl entonces entendió que era Samuel, y humillando el rostro a tierra, hizo gran reverencia.

15 Y Samuel dijo a Saúl: ¿Por qué me has inquietado haciéndome venir? Y Saúl respondió: Estoy muy angustiado, pues los filisteos pelean contra mí, y Dios se ha apartado de mí, y no me responde más, ni por medio de profetas ni por sueños; por esto te he llamado, para que me declares lo que tengo que hacer. 16 Entonces Samuel dijo: ¿Y para qué me preguntas a mí, si Jehová se ha apartado de ti y es tu enemigo? 17 Jehová te ha hecho como dijo por medio de mí; pues Jehová ha quitado el reino de tu mano, y lo ha dado a tu compañero, David. 18 Como tú no obedeciste a la voz de Jehová, ni cumpliste el ardor de su ira contra Amalec, por eso Jehová te ha hecho esto hoy. 19 Y Jehová entregará a Israel también contigo en manos de los filisteos; y mañana estaréis conmigo, tú y tus hijos; y Jehová entregará también al ejército de Israel en mano de los filisteos.

20 Entonces Saúl cayó en tierra cuan grande era, y tuvo gran temor por las palabras de Samuel; y estaba sin fuerzas, porque en todo aquel día y aquella noche no había comido pan.”


1. INTRODUCCIÓN.

Si creemos que todo la Biblia es palabra de Dios, y por tanto, la verdad, aceptaremos lo que afirma la misma, de que los muertos “... nunca más tendrán parte en todo lo que se hace debajo del sol” (Eclesiastés 9:6), por tanto, es imposible que los muertos se comuniquen, de alguna forma, con las personas que viven en este planeta tierra, o que se manifiesten o aparezcan a ellas. Lo que la Biblia, en este episodio de la entrevista de Saúl con la adivina de Endor, nos muestra vívidamente y con claridad meridiana, es la antigüedad y realidad del fenómeno espiritista.

En el ser humano, siempre ha existido el anhelo de conocer el futuro, de lo que ocurre después de la muerte, y de comunicarse y consultar a los muertos, en especial a aquellos seres queridos, familiares, amigos, o simplemente, conocidos, que fallecieron. Esta práctica denominada espiritismo, como hemos podido comprobar es antiquísima. Tal es así que el primer fenómeno espiritista se produjo en el Edén, cuando Satanás, también llamado, la serpiente antigua (Apocalipsis 20:2), usó el cuerpo de la serpiente del Edén como médium para realizar la primera tentación a Eva. Esta comunicación verbal, que aparentemente provenía de un animal irracional, la serpiente, hubiese sido a todas luces imposible, sin el fenómeno de posesión demoníaca que protagonizó este ángel caído, llamado el diablo o Satanás.

Como se demuestra a lo largo de la Biblia, el diablo y sus demonios tienen poder de posesionarse también de los seres humanos vivos cuando ellos cometen errores, se apartan de Dios, y empiezan a tener tratos con estos poderes ocultos. En el Nuevo Testamento disponemos de muchos casos de personas poseídas por demonios (Véase Mt. 8:28-33, Mr. 1:23-27; 7:25-30, Hch.16: 16-18, etc.). También hoy en día existen personas poseídas por demonios.

La práctica espiritista, que consiste en consultar o comunicarse con los supuestos espíritus de los muertos, se ha desarrollado y evolucionado mucho en nuestra época, camuflándose, a veces, bajo otros nombres, medios y distintas actividades. Siempre, o en la mayoría de los casos, son los espíritus de demonios que a través de diversas manifestaciones, tratan de engañar a la humanidad, tal y como hicieron en el principio de esta creación. En el mundo de hoy, el espiritismo, no se limita a las clásicas sesiones, en las que a través de un médium se realizan toda clase de consultas, sino que se extiende bajo actividades insospechadas, como pueden ser la mayor parte de los fenómenos paranormales, pasando por los famosos OVNI, hasta las no menos famosas apariciones de la Virgen en distintos lugares, fechas y circunstancias.

De todo lo citado arriba se comprende la tremenda importancia que para la humanidad tiene identificar claramente quienes están detrás de todos estos eventos, para no dejarse engañar por los lazos de Satanás que es padre de mentira, como así lo califica Jesús en Juan 8:44. Por otro lado, Dios, además de prohibir a su pueblo todo intento de comunicación con estos espíritus, nos ha advertido y prevenido de los peligros de ser engañados, e inducidos a apartarnos de la verdad y de Dios mismo.

En los siguientes textos, Dios nos previene para no caer en el engaño del espiritismo, que proviene de Satanás.

Isaías 8_19-21:

19 Y si os dijeren: Preguntad a los encantadores y a los adivinos, que susurran hablando, responded: ¿No consultará el pueblo a su Dios? ¿Consultará a los muertos por los vivos? 20 ¡A la ley y al testimonio! Si no dijeren conforme a esto, es porque no les ha amanecido. 21 Y pasarán por la tierra fatigados y hambrientos, y acontecerá que teniendo hambre, se enojarán y maldecirán a su rey y a su Dios, levantando el rostro en alto. 22 Y mirarán a la tierra, y he aquí tribulación y tinieblas, oscuridad y angustia; y serán sumidos en las tinieblas.”

Deuteronomio 18:10-12

10 No sea hallado en ti quien haga pasar a su hijo o a su hija por el fuego, ni quien practique adivinación, ni agorero, ni sortílego, ni hechicero, 11 ni encantador, ni adivino, ni mago, ni quien consulte a los muertos. 12 Porque es abominación para con Jehová cualquiera que hace estas cosas, y por estas abominaciones Jehová tu Dios echa estas naciones de delante de ti. 13 Perfecto serás delante de Jehová tu Dios. 14 Porque estas naciones que vas a heredar, a agoreros y a adivinos oyen; mas a ti no te ha permitido esto Jehová tu Dios.

Levítico 19:31: (Véase también 19:26, Jer. 27:9;29:8; Zac. 10:2)

31 No os volváis a los encantadores ni a los adivinos; no los consultéis, contaminándoos con ellos. Yo Jehová vuestro Dios.”

Levítico 20:27:

27 Y el hombre o la mujer que evocare espíritus de muertos o se entregare a la adivinación, ha de morir; serán apedreados; su sangre será sobre ellos.”

Podemos observar que el Señor equipara o pone en pie de igualdad al hechicero, al adivino, al que tiene el espíritu de pitón, condenándolos de igual manera. Porque Dios, en su infinita misericordia y bondad nos ha querido prevenir de consultar a los muertos, no porque ellos puedan contestarnos o ponerse en contacto con nosotros, sino para evitar el gran engaño de Satanás y sus ángeles (1. Pedro 5:8, Efes. 6:12, Ap. 21:8; 22:15; 12:7-9; 13:13;16:14; 2 Co. 11:14, Hec. 16:16-18, 19:12-19. )

La Biblia, pues, expresa rotundamente que los vivos, de ninguna manera pueden comunicarse con los muertos, porque no tienen ningún ápice de vida, están totalmente inconscientes, y es por tanto imposible contactar con ellos. ¿Por qué, pues, la Biblia nos prohíbe expresamente, que ni siquiera intentemos comunicar con los muertos si es imposible hacerlo?.

¿Para qué esa advertencia o prohibición de consultar a los muertos si ellos no pueden responder ni comunicarse con los vivos? ¿Cuál es el problema o dónde está el peligro para los que consultan a los muertos? (Isaías 8:18-20, Dt. 18:10-12, Lev. 19:31; 20:27)

¿No será que “las huestes espirituales de maldad en las regiones celestes” (Efesios 6:12), “Espíritus de demonios” (Apoc. 16:14) aprovechan la confusión de gran parte de la cristiandad, y el desconocimiento de las Escrituras del resto de la humanidad, para hacerse pasar por los espíritus de los muertos, a fin de engañar a todos los que, ya sea por error o ignorancia total o parcial de la Biblia, desobedecen las claras advertencias de la Palabra de Dios?

Por tanto, la enseñanza introducida en el cristianismo que el alma es inmortal por naturaleza y que abandona al cuerpo cuando la persona muere para seguir viviendo en otra parte, prepara el terreno para el espiritismo. El diablo mismo fue el autor de esta doctrina, cuando en la primera sesión de espiritismo registrada en la Biblia (Génesis 3:1-5), sentó las bases de la misma diciendo a nuestros primeros padres, y sosteniéndolo durante toda la historia del mundo: “No moriréis”

Nuestro Señor dice que Satanás es mentiroso desde el principio y que no permanece en la verdad (Juan 8:44). No podemos aceptar declaraciones que están en contradicción flagrante con la palabra de Dios. Todos los que proclaman que los muertos viven, repiten la primera mentira: “No moriréis”

En el siguiente apartado, podremos comprobar que la entrevista del rey Saúl con la bruja de Endor reúne todos los elementos de una sesión de espiritismo clásica: por una parte, la persona o personas que no reconocen a Dios, ni a su autoridad, ni a su Palabra, en este caso se trata del rey Saúl, y por la otra un médium, la mujer de Endor que podía comunicarse con los espíritus de los demonios, como intentaremos probar a continuación.

2. CONSULTA DEL REY SAÚL A LA MUJER DE ENDOR.

1 Samuel 28:8, 11, 12

8 Y se disfrazó Saúl, y se puso otros vestidos, y se fue con dos hombres, y vinieron a aquella mujer de noche; y él dijo: Yo te ruego que me adivines por el espíritu de adivinación, y me hagas subir a quien yo te dijere. 11 La mujer entonces dijo: ¿A quién te haré venir? Y él respondió: Hazme venir a Samuel. 12 Y viendo la mujer a Samuel, clamó en alta voz,... a Saúl

Saúl mismo, que por orden de Dios llegó a expulsar de toda la tierra de Israel a todos los encantadores y adivinos, y ahora, desamparado y rechazado por Dios, no se le ocurre otra cosa peor que consultar con el enemigo (los encantadores y adivinos a los que había mandado exterminar), lo que representa, entregarse a él. Sin embargo, esto es lo que suele suceder, cuando pasamos por alto las numerosas advertencias y ejemplos que Dios nos ha dado a través de toda su Palabra, y traspasamos el límite de su paciencia.

Primero de todo, debemos observar que la Biblia en todo este episodio narrado en 1 Samuel 28: 3-20, en ningún lugar habla del espíritu de Samuel, ni se refiere, en absoluto, a que su espíritu se haya manifestado o aparecido a la mujer de Endor. En el verso 11, a la pregunta de la mujer ¿A quién te haré venir?, él responde: “Hazme venir a Samuel.”. No dice: “Hazme venir al espíritu de Samuel”. Sin embargo, si Samuel, como sabemos, ciertamente estaba muerto, ¿De qué manera, pues, podría la mujer hacer venir a Samuel? Resucitándolo, es claro que no era posible.

¿Haría la mujer que apareciese su espíritu en forma espectral? Lo cierto es que la Biblia afirma que sólo la mujer vio a Samuel –(12) Y viendo la mujer a Samuel”- puesto que Saúl pregunta a la mujer -“¿Qué has visto?"- esto prueba que Saúl no había visto nada en absoluto, salvo a la mujer que tenía delante, con espíritu de adivinación, es decir con facultades de médium.

También podríamos preguntarnos, puesto que nadie más excepto la mujer ha visto esta aparición de Samuel, y por tanto, se trata de una experiencia subjetiva o vivencia, sólo en la mente de esta mujer, ¿Por qué la Biblia o el autor este libro afirman o dan por sentado de que se trata de Samuel?

La respuesta se deduce del contexto. En el verso 11, la petición de Saúl de que la mujer hiciera venir a Samuel, no deja lugar a otra opción a la adivina o médium. El escritor por inspiración de Dios, sabe que esta mujer ha tenido realmente una visión de algo o alguien que dice ser o llamarse Samuel. El autor no interpreta la visión de la mujer, sino que se limita a relatarla tal y como sucedió. La mujer, al parecer, no conocía a Samuel, como tampoco conocía a Saúl, por lo que hemos de inferir que el supuesto espíritu de Samuel, u otro, le comunicó a ella que era Samuel.

El escritor bíblico, entonces, no se ocupa de indagar, para confirmar que era realmente Samuel el que se había aparecido en la mente de la médium, puesto que su misión no es esa, sino sólo transcribir fidedignamente el contenido de la visión de la mujer, le basta saber que dicho espíritu se ha presentado a la mujer identificándose como Samuel. Las subsiguientes declaraciones de la mujer y del supuesto espíritu de Samuel, así como la identificación del espíritu de adivinación que tiene la mujer, son los elementos que nos harán discernir si se trata realmente del auténtico Samuel o de alguien que intenta hacerse pasar por él.

La pitonisa de Endor, médium de Satanás, vio una figura fantasmagórica en su mente que se parecía y se hacía pasar por Samuel, que ella podía creer sinceramente que era Samuel, pues normalmente, los médiums creen firmemente que se comunican con los espíritus de los muertos y no con espíritus de demonios. Además, en ese momento de trance, ella, que antes no había sido capaz de reconocer a Saúl, ahora lo reconoce, porque se lo revela Satanás, como también es el diablo el que le dice que se trata de Samuel, ¿Quiénes son los que hay detrás de toda sesión de espiritismo?

¿Era realmente el espíritu de Samuel el que apareció a la pitonisa de Endor, o como ocurre en toda sesión espiritista, los espíritus de demonios se aparecen a los médiums haciéndose pasar por los espíritus de los muertos, disfrazándose y adoptando la fisonomía y apariencia de ellos?

2.1. Análisis del contexto.

Todavía en vida, Samuel aseguró a Saúl – “No volveré contigo; porque desechaste la palabra de Jehová...”( 1 Samuel 15:26), y aunque, ante el aparente arrepentimiento de Saúl y su ruego de que volviera con él, Samuel volvió (15:30, 31), la palabra de Dios nos dice en 15:35: “Y nunca después vio Samuel a Saúl en toda su vida...” . Comprobamos, pues, que esta relación, entre Samuel y Saúl, quedó rota por voluntad de Dios ante los pecados cometidos por Saúl.

Por el versículo 3 sabemos que Samuel había muerto, y Saúl había arrojado de la tierra a los encantadores y adivinos, obedeciendo la palabra de Dios que prohíbe tajantemente todo trato o consulta con ellos, o lo que es lo mismo, las prácticas de evocar espíritus de muertos y la adivinación, lo que estaba sancionado con pena de muerte.

En 1ª Samuel 28:6 se nos narra que “consultó Saúl a Jehová; pero Jehová no le respondió ni por sueños, ni por Urim, ni por profetas.”

Ante los antecedentes citados:

¿Sería lógico, consistente o razonable, inferir que puesto que Dios se negó responder a Saúl por cualquier medio conocido como los citados arriba, ahora, le iba a dar respuesta a través de la pitonisa de Endor, por medio de evocar el espíritu de Samuel, estando ello expresamente prohibido por Dios (Dt. 18:10-12)?

¿No ocurrió, más bien, que como consecuencia de su constante desobediencia al Espíritu de Dios, Dios lo abandonó al engaño de Satanás? (Rom. 1:28).

¿Le iba a responder ahora usando una mujer que tenía espíritu de adivinación? (1 S.28:7). No parece lógico ni razonable, pensar que Dios iba a utilizar al espíritu de Samuel para hacer lo que no era su voluntad.

¿Acaso Samuel no era un hombre de Dios, totalmente consagrado? ¿Iba él a hacer caso a la mujer, en lugar de a Dios? O ¿Acaso, siendo un espíritu, no le era posible negarse a aparecer para hacer el juego a Saúl y a la mujer pitonisa? ¿Es posible que en esa existencia en forma de espíritu, el supuesto Samuel no tuviera independencia como en la vida en el cuerpo, convirtiéndose, por no se sabe que ley en una marioneta, que se mueve al viento del llamado de cualquier espíritu?

Tratemos de analizar objetivamente la situación en que se encuentra Saúl, consultando a una sierva de Satanás. Saúl ha sido abandonado por Dios debido a su maldad, y en su desesperación recurre a consultar a una adivina, lo que está terminantemente prohibido por Dios.

¿Se puede esperar que la información, siempre verdadera, que Dios le ha negado a Saúl, en esta ocasión, se le suministre, ahora, de forma fidedigna, a través de una médium, en una sesión espiritista?

¿Está el diablo realizando la obra que Dios no quiso hacer? ¿Cómo es calificado Satanás por Jesús en Juan 8:44?

Juan 8:44, pú:

...porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira, de suyo habla; porque es mentiroso, y padre de mentira”

¿Qué sola cosa sabe hacer el diablo? Ap. 20:10: Y el diablo que los engañaba...”

¿Qué afirmó la serpiente en Génesis 3:1, 4?

(1)“....¿Conque Dios os ha dicho: No comáis de todo árbol del huerto?”

Génesis 3:4, p.ú: “...No moriréis”

¿Eran verdad estas afirmaciones de la serpiente?

Génesis 2:16, Dios dijo: “de todo árbol del huerto podéis comer;” Génesis 2:17: “porque el día que de él comieres, ciertamente morirás”

¿Quién era esta serpiente? Ap. 20:2: “La serpiente antigua, que es el diablo y Satanás...”

Volviendo a Saúl, ¿Qué es lo primero que ordena a sus criados que le busquen?

...Buscadme una mujer que tenga espíritu de adivinación, para que yo vaya a ella y por medio de ella pregunte.”

Saúl necesitaba ver imperiosamente a Samuel, y para ello, ordenó a la mujer: “28:11....hazme venir a Samuel”

¿A quién, nos dice el autor inspirado, la pitonisa estaba viendo al momento?, “28:12: Y viendo la mujer a Samuel..” Es portentosa la rapidez con que vio a Samuel, y lo fácilmente que se puso en contacto con él. Puesto que Samuel que en vida ya había rechazado ver a Saúl por orden de Dios, parece muy extraño e irracional, que, ahora, se presente diligentemente, ante la evocación de la pitonisa, como si su voluntad y la de Dios no contaran en absoluto.

Deducir del texto de 1 Samuel 28:12: “12 Y viendo la mujer a Samuel,...”, que el espíritu que evoca en su mente la mujer es realmente el de Samuel, debería ser calificado, al menos, inconsistente, incoherente y peligroso, y mucho más, basar la doctrina de la vida consciente del espíritu después de la muerte en el citado texto.

La Palabra de Dios aquí, simplemente, se limita, a recoger el pensamiento o la visión de la mujer, la cual en su mente visiona a alguien que se presenta como Samuel, o, simplemente, ella acepta que sea él porque a él, únicamente ha llamado o evocado. Puesto que la bruja no conoce a Samuel, es engañada por el espíritu que la posee. No obstante, aunque lo conociera, en el estado de trance, ella está bajo el control de ese espíritu maligno, y como médium, el espíritu que la posee habla por su boca. Obsérvese que antes de ponerse en contacto con el supuesto espíritu de Samuel, no fue capaz de reconocer a Saúl como el rey que fue el azote de los adivinos. Al instante, de contactar con dicho espíritu le fue revelado por éste que tenía ante sí, al mismísimo Saúl, por lo que entró en gran temor por su vida.

¿Por qué la adivinadora no fue capaz de reconocer a Saúl, cuando le vio, y sin embargo, tan pronto, como entró en trance, y actuó en su función de médium o de adivinadora, enseguida le fue revelado quien estaba delante de ella?

¿Quién se lo reveló? ¿Fue Samuel mismo, acaso o fue un espíritu de demonio, o sea el espíritu de adivinación que poseía la pitonisa?

El contexto relata las consecuencias de la flagrante desobediencia de Saúl a Dios que había prohibido terminantemente que se consultara a los adivinos, hechiceros, a los muertos etc. etc., y es una clara enseñanza, y advertencia para todo creyente, de cómo podemos ser engañados por Satanás y sus ángeles cuando desobedecemos las claras órdenes de Dios. La Biblia, en esta ocasión, y como hace siempre, nos describe con exactitud, como se produce el engaño y la mentira de Satanás, al cual le es permitido por Dios que se haga pasar por Samuel en esa, solicitada por Saúl, sesión espiritista, porque Saúl había traspasado todos los límites, y Dios lo entregó a un espíritu de error (1 Samuel 28:6; Romanos 1:28).

En esta entrevista de Saúl con la pitonisa como en otros muchos episodios, la Biblia se limita a relatar todo lo que sucedió de forma fidedigna. En ningún caso la Palabra de Dios respalda que las visiones que tuvo la adivinadora son las que ella dice que son. La Biblia no apoya jamás una mentira, ni a un espíritu de una adivinadora que es un espíritu mentiroso, cómo tampoco apoyó a Satanás con la gran mentira, la mentira original: “No moriréis”(Génesis 3:4). No obstante, Satanás ha tenido un éxito casi rotundo, cuando la mayor parte de la cristiandad lo ha creído a pies juntillas, hasta el día de hoy.

2.2. Identificación del espíritu que habla por medio de la adivina de Endor.

¿De quién es este espíritu de adivinación? ¿De quién procede? ¿Procede acaso de Dios o de Satanás?

En este apartado trataremos de desenmascarar al espíritu que evoca la pitonisa de Endor, si es el espíritu de Samuel o el de algún demonio.

Para ello analicemos los siguientes textos que meridianamente describen que tanto el espíritu que buscaba Saúl, y el espíritu de la adivina, son por supuestos los mismos, y no tienen nada que ver con el espíritu de Samuel.

1 Samuel 28:7

7 Entonces Saúl dijo a sus criados: Buscadme una mujer que tenga espíritu de adivinación, para que yo vaya a ella y por medio de ella pregunte. Y sus criados le respondieron: He aquí hay una mujer en Endor que tiene espíritu de adivinación.

1 Samuel 28:8

8 Y se disfrazó Saúl, y se puso otros vestidos, y se fue con dos hombres, y vinieron a aquella mujer de noche; y él dijo: Yo te ruego que me adivines por el espíritu de adivinación, y me hagas subir a quien yo te dijere.

¿Se puede, acaso, esperar que suceda algo verdadero, que realmente se produzca la aparición del espíritu de Samuel, cuando Saúl consulta a una mujer que tiene el espíritu de adivinación?

¿Puede provenir del espíritu de pitón algo sin engaño, mentira o mezcla de error, siendo dichos espíritus especialistas en esas lides?

En el siguiente pasaje, la Biblia nos identifica quién es este espíritu de adivinación:

Hechos 16: 16-18

16 Aconteció que mientras íbamos a la oración, nos salió al encuentro una muchacha que tenía espíritu de adivinación, la cual daba gran ganancia a sus amos, adivinando. 17 Esta, siguiendo a Pablo y a nosotros, daba voces, diciendo: Estos hombres son siervos del Dios Altísimo, quienes os anuncian el camino de salvación. 18 Y esto lo hacía por muchos días; mas desagradando a Pablo, éste se volvió y dijo al espíritu: Te mando en el nombre de Jesucristo, que salgas de ella. Y salió en aquella misma hora.

Hechos 19: 11-18

11 Y hacía Dios milagros extraordinarios por mano de Pablo, 12 de tal manera que aun se llevaban a los enfermos los paños o delantales de su cuerpo, y las enfermedades se iban de ellos, y los espíritus malos salían. 13 Pero algunos de los judíos, exorcistas ambulantes, intentaron invocar el nombre del Señor Jesús sobre los que tenían espíritus malos, diciendo: Os conjuro por Jesús, el que predica Pablo. 14 Había siete hijos de un tal Esceva, judío, jefe de los sacerdotes, que hacían esto. 15 Pero respondiendo el espíritu malo, dijo: A Jesús conozco, y sé quién es Pablo; pero vosotros, ¿quiénes sois? 16 Y el hombre en quien estaba el espíritu malo, saltando sobre ellos y dominándolos, pudo más que ellos, de tal manera que huyeron de aquella casa desnudos y heridos. 17 Y esto fue notorio a todos los que habitaban en Éfeso, así judíos como griegos; y tuvieron temor todos ellos, y era magnificado el nombre del Señor Jesús. 18 Y muchos de los que habían creído venían, confesando y dando cuenta de sus hechos. 19 Asimismo muchos de los que habían practicado la magia trajeron los libros y los quemaron delante de todos; y hecha la cuenta de su precio, hallaron que era cincuenta mil piezas de plata.”

¿Quién era este espíritu que Pablo mandó saliese de la muchacha por el poder de Jesús? ¿Provenía de Dios o de Satanás?

Igualmente, pues, ¿De quién proviene el espíritu de adivinación que poseía la mujer de Endor a la que fue a consultar Saúl? ¿A quién, por fin, encontraron los criados? 1 S. 28: 7 úp.

¿Quién pueden ser estos espíritus malos que sólo los verdaderos creyentes como Pablo lograban exorcizar y de los que Jesús también libró a mucha gente de su posesión demoníaca?

A la vista de todos estos textos, no nos puede caber ninguna duda de que se trata de espíritus de demonios (Apoc. 16:14), que naturalmente, ellos mismos no se identifican como tales, sino que simulan ser los espíritus de seres humanos muertos para así poder engañar a la humanidad.

2.3. Características del espíritu evocado por la adivina de Endor.

¿Los rasgos de carácter de este espíritu son compatibles con en el espíritu de un hombre consagrado a Dios, como era Samuel? ¿Actúa, el citado espíritu, en armonía con la Biblia, y con la voluntad de Dios? Si no fuese así, no sería de Dios sino del diablo.

Analicemos, ahora, las palabras que dice el supuesto espíritu del profeta Samuel, para ver si se corresponden con un profeta de Dios o con una falsa personificación de Samuel, hecha por el astuto espíritu del maligno.

a) En primer lugar, nótese que la mujer adivina, después que la Biblia afirmase en el versículo 12 que estaba viendo a Samuel, cuando atiende a la primera petición de Saúl –“¿qué has visto?”- ella dice: He visto dioses que suben de la tierra., contradiciéndose, pues ¿Qué tiene que ver el espíritu de Samuel con dioses que suben de la tierra.”?

1 Samuel 28:13:

13 ¿Por qué me has engañado? que tú eres Saúl. Y el rey le dijo: No temas: ¿qué has visto? Y la mujer respondió a Saúl: He visto dioses que suben de la tierra.

¿A que dioses se refiere la pitonisa? ¿Se trata de dioses o del espíritu de Samuel?

En segundo lugar, ¿De dónde, supuestamente, fue hecho venir Samuel por la pitonisa? ¿Iba el espíritu de Samuel acompañado por otros espíritus? ¿Salían de la tierra?

b) Analicemos el siguiente pasaje:

1 Samuel 28:14:

14 Y él [Saúl] le dijo: ¿Cuál es su forma? Y ella respondió: Un hombre anciano viene, cubierto de un manto. Saúl entonces entendió que era Samuel, y humillando el rostro a tierra, hizo gran reverencia.

Es evidente que Saúl no está viendo a Samuel, ni a su espíritu, por lo que solicita a la mujer que le describa cuál es su aspecto o forma. Por otro lado, la descripción que hace la adivina no puede ser más imprecisa y confusa. Los detalles que da no permitirían reconocer, con seguridad de no equivocarse, a nadie, pues con esos rasgos -anciano y cubierto de un manto- podrían camuflarse o enmascararse infinidad de espíritus.

En la parte intermedia del versículo encontramos una palabra clave, “Saúl entonces entendió que era Samuel”, con la que el escritor bíblico, manifiesta, claramente, que no ha partido de él, la identificación del mencionado espíritu con el de Samuel, por tanto, no está respaldando dicha identidad, sino que permanece al margen, como lo haría un fiel espectador o testigo que estuviera presenciando esta entrevista de Saúl con la mujer de Endor, limitándose a describir los hechos y a las apariencias escenificadas por sus protagonistas.

La Biblia describe con nitidez toda esta sesión de espiritismo, y corresponde al creyente interpretar, si las palabras que vienen de la pitonisa pueden ser dignas de credibilidad dada la influencia perniciosa que sufre esta mujer por la posesión de Satanás. Por otro lado, Saúl, en el estado de separación con Dios en que estaba, no necesitó saber otra cosa que lo que le dijo la mujer de que era un anciano con una capa, y eso le bastó para “ENTENDER” que era Samuel.

A continuación, en la última parte del texto, Saúl realiza un acto de adoración que sólo corresponde a Dios, pues “hizo gran reverencia, hasta llegar con el rostro a tierra. Ahora, podríamos preguntarnos, si el personaje que se aparece a la pitonisa fuera realmente Samuel, ¿habría él consentido en dejarse adorar como lo hizo el rey Saúl cuando se postró en tierra, delante de la mujer?

Desde luego, ningún siervo de Dios acepta la adoración que no le corresponde como es el caso de este personaje que representa a Samuel. En este caso, la adoración, que gusta a Satanás, no es rechazada por el falso Samuel. Probablemente, si se hubiera tratado del auténtico espíritu de Samuel, éste le habría respondido algo así como: “Levántate, pues yo mismo también soy hombre” Hechos 10:25, 26, Apoc. 19:10, 22:8-9 etc. Lo que ocurre es que Satanás requiere para él la adoración que solo corresponde a Dios. (Mateo 4:9)

¿Por qué el escritor bíblico o a la Palabra de Dios siguen identificando al espíritu evocado por la mujer con el espíritu de Samuel

15 Y Samuel dijo a Saúl: ¿Por qué me has inquietado haciéndome venir? Y Saúl respondió: Estoy muy congojado; pues los Filisteos pelean contra mí, y Dios se ha apartado de mí, y no me responde más, ni por mano de profetas, ni por sueños: por esto te he llamado, para que me declares qué tengo de hacer.

Observemos que a partir de este momento, ya no es la mujer la que habla, sino el supuesto Samuel, a través de la mujer. Por tanto, como hemos comprobado anteriormente, el autor del libro, se limita a narrar el hecho real como si lo estuviera presenciando, tal y como el Espíritu Santo se lo presenta. No es función del escritor desenmascarar al personaje que se presenta o se identifica como Samuel, y que habla a través de la médium. Los lectores tienen suficientes elementos de juicio para interpretar los hechos relatados.

La Biblia dice la verdad de todo lo que sucedió, puesto que realmente la Pitonisa visionó en su mente una figura que decía ser Samuel, pero, es totalmente falso que la adivinadora de Satanás pudiese estar diciendo la verdad en cuanto a que esa visión era auténticamente el espíritu de Samuel.

Vayamos, pues, para obtener la verdad, no a un espíritu de adivinación, sino a la Ley y al testimonio de los profetas.

16 Entonces Samuel dijo: ¿Y para qué me preguntas a mí, habiéndose apartado de ti Jehová, y es tu enemigo?”

El espíritu maligno que habla a través de la médium, se adapta perfectamente al personaje que dice ser, pues no le falta astucia. La pregunta del falso Samuel es muy lógica, aunque no sabemos si el verdadero Samuel hubiese hablado así.

17 Jehová pues ha hecho como habló por medio de mí; pues ha cortado Jehová el reino de tu mano, y lo ha dado a tu compañero David.”

18 Como tú no obedeciste a la voz de Jehová, ni cumpliste el furor de su ira sobre Amalec, por eso Jehová te ha hecho esto hoy.

Totalmente cierto. Sin embargo, es una repetición innecesaria, una redundancia. Puesto que prácticamente esto mismo ya se lo había dicho el auténtico Samuel a Saúl, según viene relatado en 1 Samuel 15:28, 32; “28 Entonces Samuel le dijo: Jehová ha rasgado hoy de ti el reino de Israel, y lo ha dado a un prójimo tuyo mejor que tú”. No hemos de esperar, que las declaraciones de los demonios son siempre mentira. De hecho, en el N.T. podemos ver afirmaciones de los mismos, identificando a Jesús como el Mesías, etc.

19 Y Jehová entregará a Israel también contigo en manos de los Filisteos: y mañana estaréis conmigo, tú y tus hijos: y Jehová entregará también al ejército de Israel en mano de los Filisteos.”

Predicciones o conjeturas que hace el falso Samuel, que por otro lado, en parte, ya estaban anunciadas por Dios en vida del verdadero Samuel, pero que contienen, como es usual, una parte de verdad y una de mentira.

¿Se han cumplido totalmente estas predicciones? ¿Murieron todos los hijos de Saúl, de acuerdo con esta predicción del supuesto Samuel, al día siguiente? (Comparar con 2 S. 4:7)

En el supuesto de que hubieran muerto al día siguiente de la entrevista de Saúl con la mujer de Endor, ¿hubieran ido a reunirse, tanto Saúl como sus hijos con el pretendido Samuel? ¿Era eso posible? ¿En que lugar estaba Samuel? ¿A qué lugar le correspondería ir a Saúl cuando muriera? ¿Al mismo lugar que había ido Samuel que fue un hombre consagrado toda su vida a Dios?

Sin embargo, una vez más parece que este espíritu de Samuel tiene razón, pues cuando se muere todos vamos a parar al mismo sitio: la tierra.

20 En aquel punto cayó Saúl en tierra cuan grande era, y tuvo gran temor por las palabras de Samuel; que no quedó en él esfuerzo ninguno, porque en todo aquel día y aquella noche no había comido pan.

Creo que hemos identificado suficientemente cual es el espíritu que dice ser Samuel, por lo que no insistiremos en lo mismo.

¿Qué razón importante da la Biblia por la que murió Saúl?

1 Crónicas. 10:13-14

13 Así murió Saúl por su rebelión con que prevaricó contra Jehová, contra la palabra de Jehová, la cual no guardó, y porque consultó a una adivina, 14 y no consultó a Jehová; por esta causa lo mató, y traspasó el reino a David hijo de Isaí. “

¿La pitonisa de Endor vio verdaderamente el espíritu de Samuel o fue realmente, como parece evidente, un espíritu de demonio que se hizo pasar por él? ¿Fue el espíritu de Samuel el que hablaba por boca de la pitonisa, o el espíritu de Satanás que poseía a esa mujer, el que hablaba?

La Biblia no dice que Samuel se apareciese a Saúl ni en persona ni en espíritu. Alguien que habla, a través de una mujer, no es una persona. Simplemente, la aparición sucedió en el cerebro de esta mujer, y ella tuvo que explicar a Saúl, cual era esta figura que estaba viendo, que primeramente dijo que eran “dioses que subían de la tierra”, posiblemente los espíritus de los demonios que estaba viendo en su mente poseída.

Debemos protegernos contra las doctrinas erróneas que tienen su origen, como hemos visto, en Satanás, y en las filosofías y tradiciones de la cristiandad (Mat. 15:9, Col 2:8). Debemos defendernos contra todo engaño del espiritismo. Consultar siempre su Palabra, y probarlo todo mediante ella, seguir el consejo de Isaías 8:19-20: “Y si os dijeren: Preguntad a los encantadores y a los adivinos, que susurran hablando, responded: ¿No consultará el pueblo a su Dios? ¿Consultará a los muertos por los vivos? 20 ¡A la ley y al testimonio! Si no dijeren conforme a esto, es porque no les ha amanecido.”

3. RESUMEN Y CONCLUSIÓN

-Samuel había muerto, y Saúl había arrojado de la tierra a los encantadores y adivinos. (28:3)

-Saúl consultó a Jehová. Y no le respondió ni por sueños, ni por Urim, ni por profetas (28:6).

-Saúl había sido rechazado por Dios. 1 Samuel 15:16

-La Biblia afirma que después de ese momento nunca vio Samuel a Saúl en toda su vida. (15:35)

-Samuel, a pesar de estar terminantemente prohibido por Dios el comunicarse con los muertos y con los adivinos etc. (Dt. 18:10-11, Lv. 19:31, 20:27, Is. 8:19-21), solicita a sus criados le busquen una mujer que tenga espíritu de adivinación.

-Los criados llevan a Saúl, disfrazado, ante una mujer en Endor, de noche. (28:8)

¿Qué es lo primero que solicita Saúl a la bruja?

Yo te ruego que me adivines por el espíritu de adivinación, y me hagas subir a quien yo te dijere.” (28:8 p.ú)

Hemos comprobado bíblicamente más atrás que este espíritu de adivinación es un espíritu maligno, es decir un demonio. Hechos 16: 16-19: 16 Aconteció que mientras íbamos a la oración, nos salió al encuentro una muchacha que tenía espíritu de adivinación, la cual daba gran ganancia a sus amos, adivinando. 17 Esta, siguiendo a Pablo y a nosotros, daba voces, diciendo: Estos hombres son siervos del Dios Altísimo, quienes os anuncian el camino de salvación. 18 Y esto lo hacía por muchos días; mas desagradando a Pablo, éste se volvió y dijo al espíritu: Te mando en el nombre de Jesucristo, que salgas de ella. Y salió en aquella misma hora. 19 Pero viendo sus amos que había salido la esperanza de su ganancia, prendieron a Pablo y a Silas, y los trajeron al foro, ante las autoridades;

¿Qué clase de espíritu poseía la mujer de Endor? ¿Era de Dios o del diablo?

Si como supongo aceptamos que esta mujer adivinaba y era capaz de evocar a los supuestos espíritus de los muertos por el poder de Satanás y de sus espíritus malignos, podemos seguir avanzando en la interpretación del resto de forma lógica, racional, y ajustada a las reglas bíblicas de interpretación, (por ejemplo: 1 Juan 4:1: “Amados, no creáis a todo espíritu, sino probad los espíritus si son de Dios;...” Hec 16:16-19.). No tenemos la menor duda de la tremenda capacidad del diablo para disfrazarse, véase 2 Cor. 11:14.

Siguiendo paso a paso el relato bíblico en el versículo 9, la mujer evidencia que no sabe con quien está hablando, y que tiene miedo, precisamente, de Saúl al que no reconoce en absoluto. Ante las promesas del encubierto Saúl de que no iba a salir perjudicada, la mujer accede a traer lo que le pide éste, que como sabemos, consiste en que haga venir a Samuel.

¿A quién vio la mujer, al instante, según el versículo 12?

12 “Y viendo la mujer a Samuel, clamó...”

¿A quién sino iba a ver? El escritor bíblico relata exactamente lo que sucedió: aparentemente la mujer vio a Samuel (la Biblia muchas veces relata cosas como aparentan ser, como cuando relata aquel suceso en que se paró el sol (Josué 10:13). El escritor inspirado, no puede decir otra cosa distinta que lo que la mujer visiona en su mente, limitándose a describir el hecho subjetivo que expresa la mujer. Nadie más puede comprobar este hecho. Tenemos, pues, que analizar, si el espíritu que tiene esta mujer es de Dios o del diablo, pues si es del diablo ella puede ser fácilmente engañada, además ella no conocía a Samuel. Por otro lado el diablo es capaz de disfrazarse de lo que quiera, incluso de ángel de luz. ¿Quién le dice a la bruja que era Samuel puesto que no lo conocía? ¿Cómo puede saber ella que la visión que tiene corresponde al auténtico Samuel? Es de notar que ella, ante esa primera “aparición”, no se espanta ni se sorprende en absoluto, el terror le viene cuando es informada por el espíritu maligno de que tiene delante a Saúl.

Dado que la adivinadora no conocía a Saúl, en este momento, la pitonisa recibe una información de origen sobrenatural que le hace descubrir con horror que está ante el mismísimo Saúl, el que había sido el terror de los adivinos. Por eso “clama en alta voz,.... tú eres Saúl”. Es fácil imaginar, por los antecedentes, que ella quedó horrorizada y terriblemente asustada, y de ahí su tremenda sorpresa mezclada con verdadero pavor.

De estos versos, de ninguna manera, en mi opinión, se puede deducir que la mujer se sorprende al ver a Samuel. Lo que le sorprende y le atemoriza es, sin duda, descubrir que delante de ella se encuentra “el azote” de los adivinos, y naturalmente, teme por su vida, y por ese motivo le echa en cara que ha sido engañada, al no identificarse desde el primer momento Saúl.

Puesto que la adivinadora no fue capaz por sí misma de reconocer al rey Saúl cuando estaba ante ella, ¿Quién le proporcionó esta información sobrenatural? ¿Fue el espíritu de Samuel o fue el espíritu maligno? La Biblia no dice explícitamente cómo obtuvo esta información que un instante antes no poseía. Sin embargo, no difícil darse cuenta que la mujer obtuvo este dato, mediante el espíritu de adivinación, y ya hemos demostrado que esta función se tiene a través de los espíritus malignos o demonios.

Por otro lado, sí hubiese sido, el espíritu de Samuel realmente, el que hablaba a través de la médium, ¿Cómo podría hablar en calidad de profeta de Dios, lo cual hubiera sido una comunicación indirecta de parte de Dios, si Dios, no sólo había rehusado comunicarse más con Saúl, sino que había, expresamente, prohibido todo trato con nigromantes y adivinos? ¿Iba Dios a contradecirse a sí mismo? Por favor, usemos el entendimiento y discernimiento que Dios nos ha dado, y no nos dejamos engañar por las apariencias.

En versos 13-14, el rey tranquiliza a la mujer diciéndole: “No temas”, y le sigue preguntado qué ha visto y qué forma tiene, lo cual evidencia que él no está viendo la aparición. Le basta una breve descripción de la mujer de que era anciano y llevaba un manto, para que Saúl, sin más entendiese que era Samuel. El hecho de que Saúl, un personaje, decadente, rechazado por Dios, entendiese que era Samuel, ¿es suficiente garantía para nosotros deducir y afirmar, como Saúl, que realmente es el personaje que dice ser? Además, ¿cómo sabemos la apariencia que puede tener un espíritu si no tiene cuerpo? ¿Los espíritus necesitan llevar manto?

¿Es Saúl, un testimonio objetivo, veraz, y digno de crédito? ¿Hay alguna prueba objetiva Saúl para afirmar que lo que la mujer vio era Samuel “en persona o en espíritu”, aparte de sus irrefrenables deseos de obtener una comunicación de Dios para solucionar sus problemas con su pueblo y con los filisteos?

A partir de aquí, es más fácil comprender la oración o frase del versículo 15: “Y Samuel dijo a Saúl”, puesto que el escritor del libro de Samuel, se limita a describir los sucesos según sus apariencias. Y estas apariencias se basan en que el rey Saúl, había llegado al convencimiento en su corazón de que se trataba de Samuel realmente, puesto que así lo “entendía” él. Es decir por las evidencias y testimonio que la bruja le había dado creía sinceramente que se trataba de Samuel. Por esto el escritor bíblico se limita a describir, lo que sucede, atendiendo a lo que creen los protagonistas de esta situación. Otra cosa distinta es el juicio objetivo, que todo estudiante de la Biblia debe hacer, y que consiste en valorar, y sospesar todas las circunstancias que concurren, ver si procede de Dios o de Satanás etc., y de esta manera poder emitir un juicio con conocimiento de causa, y decidir que, en éste como en muchos casos, las apariencias engañan.

Analicemos, ahora, las palabras que dice el supuesto profeta Samuel, para ver si se corresponden con un profeta de Dios o con una falsa personificación de Samuel, hecha por el astuto espíritu del maligno.

En primer lugar, ningún siervo de Dios acepta la adoración que no le corresponde como es el caso de este personaje que representa a Samuel. Esto se ve claramente, en el versículo 14 úp. donde Saúl humilla su rostro a tierra, y hace gran reverencia, y esta adoración que gusta a Satanás no es rechazada por el falso Samuel.

En segundo lugar, ¿De dónde, supuestamente, fue hecho venir Samuel por la pitonisa?

15 Y Samuel dijo a Saúl: ¿Por qué me has inquietado haciéndome venir? Y Saúl respondió: Estoy muy congojado; pues los Filisteos pelean contra mí, y Dios se ha apartado de mí, y no me responde más, ni por mano de profetas, ni por sueños: por esto te he llamado, para que me declares qué tengo de hacer.

La respuesta está en la Biblia, en la Palabra de Dios:

1 Samuel 28:13

13 ¿Por qué me has engañado? Pues tú eres Saúl. Y el rey le dijo: No temas. ¿Qué has visto? Y la mujer respondió a Saúl: He visto dioses que suben de la tierra.

Si toda palabra que aparece en la Biblia independientemente del espíritu que la pronuncia, debe de considerarse que contiene la verdad, entonces debemos admitir que Samuel no estaba en el cielo, puesto que la mujer dice que subía de la tierra. Puesto que Samuel era un hombre justo estaría en el cielo, y de allí tendría que haberlo traído la bruja, pero no, allí, no se permite entrar a las adivinadoras, sólo puede acceder a prisiones de oscuridad donde están Satanás y sus ángeles. Este hecho debería ser suficiente para considerar como verdadera la doctrina del estado inconsciente de los justos que han muerto.

Sigamos analizando si las palabras que continúa diciendo el supuesto Samuel, se corresponden con un verdadero profeta y hombre de Dios o con un enemigo de Dios:

16 Entonces Samuel dijo: ¿Y para qué me preguntas a mí, habiéndose apartado de ti Jehová, y es tu enemigo?”

Estas palabras pueden hacernos ver como piensa de Dios, el personaje que dice ser Samuel, diciendo a Saúl que Dios es su enemigo. Así es como Satanás trata de presentar a Dios ante los hombres: como un enemigo.

Por último, hay algo que me parece definitivo. ¿Dónde dice el supuesto Samuel que estarían mañana Saúl y sus hijos? La respuesta está en la Biblia, en la Palabra de Dios.

19 Y Jehová entregará a Israel también contigo en manos de los Filisteos: y mañana estaréis conmigo, tú y tus hijos: y Jehová entregará también al ejército de Israel en mano de los Filisteos.”

Sabemos que los espíritus malignos, al igual que Satanás, son engañadores y padres de mentira, como se ha demostrado bíblicamente, eso no es óbice, para que a veces también digan verdades como es evidente en muchos casos relatados en el N.T. en que el espíritu al ser expulsado de la persona que es poseída, e incluso antes, da testimonio verdadero, como por ejemplo, los demonios expulsados por Jesús que confesaban que él era el Hijo de Dios o el Santo de Dios, o como el caso que le ocurrió a Pablo con la adivinadora, etc. (Lucas 4:34, Hechos 16:16-17). Sin embargo, estos espíritus son especialistas en la mentira, la cual suele ser difícil de identificar, porque va mezclada con verdades o hechos plausibles. Y en cuanto a predicciones hechas por medio de estos espíritus, en casos en que ellos manejan y conocen todos los hilos de la trama, son capaces de acertarlas en muchas ocasiones, además de que ellos trabajan para que se realicen sus propósitos.

Por tanto, la condición necesaria aunque no suficiente para discernir si el que habla es el auténtico Samuel, consiste en que no puede hallarse mentira ni engaño en ninguna de sus declaraciones. Debemos, pues, preguntarnos:

¿Se reunieron con Samuel, Saúl y sus hijos al día siguiente como predice el supuesto espíritu de Samuel?

¿Qué significa eso que dice Samuel de que: “mañana estaréis conmigo, tú y tus hijos:”?

¿Dónde estaba Samuel realmente, en el cielo o en la tumba?

Si estaba en el cielo, no parece razonable pensar que el malvado Saúl fuera a encontrarse con él. Tampoco parece lógico que Samuel estuviera en el infierno, y allí se reuniera con Saúl y su familia.

El supuesto Samuel acertó casi plenamente, Saúl y al menos tres, de sus cuatro hijos murieron en la batalla (Isboset no murió en ese día:2 Samuel 4:7), y fueron a parar al lugar donde el verdadero Samuel estaba, es decir la tumba. Por tanto, no nos queda otra opción que deducir que el espíritu que habló haciéndose pasar por Samuel, no era en realidad Samuel, puesto que éste descansaba en la sepultura donde fue enterrado en Ramá su ciudad (28:3), sino un espíritu maligno que son los únicos que viven y tienen poder para presentarse ante las evocaciones de personas poseídas por Satanás que aceptan la función de médium.

Carlos Aracil Orts

Para cualquier comentario dirigirse a Carlos Aracil Orts: carlosorts@gmail.com.

2