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lunes, 8 de enero de 2007

1. Objeciones sobre el estado inconsciente de los muertos


Revisión 30-12-06

Carlos Aracil Orts


¿Prueban los siguientes textos bíblicos la existencia de vida consciente después de la muerte?

Isaías 14: 8-11

8 Aun los cipreses se regocijaron a causa de ti, y los cedros del Líbano, diciendo: Desde que tú pereciste, no ha subido cortador contra nosotros. 9 El Seol abajo se espantó de ti; despertó muertos que en tu venida saliesen a recibirte, hizo levantar de sus sillas a todos los príncipes de la tierra, a todos los reyes de las naciones. 10 Todos ellos darán voces, y te dirán: ¿Tú también te debilitaste como nosotros, y llegaste a ser como nosotros? 11 Descendió al Seol tu soberbia, y el sonido de tus arpas; gusanos serán tu cama, y gusanos te cubrirán.

12 ¡Cómo caíste del cielo, oh Lucero, hijo de la mañana! Cortado fuiste por tierra, tú que debilitabas a las naciones. 13 Tú que decías en tu corazón: Subiré al cielo; en lo alto, junto a las estrellas de Dios, levantaré mi trono, y en el monte del testimonio me sentaré, a los lados del norte; 14 sobre las alturas de las nubes subiré, y seré semejante al Altísimo. 15 Mas tú derribado eres hasta el Seol, a los lados del abismo. 16 Se inclinarán hacia ti los que te vean, te contemplarán, diciendo: ¿Es éste aquel varón que hacía temblar la tierra, que trastornaba los reinos; 17 que puso el mundo como un desierto, que asoló sus ciudades, que a sus presos nunca abrió la cárcel? 18 Todos los reyes de las naciones, todos ellos yacen con honra cada uno en su morada; 19 pero tú echado eres de tu sepulcro como vástago abominable, como vestido de muertos pasados a espada, que descendieron al fondo de la sepultura; como cuerpo muerto hollado. 20 No serás contado con ellos en la sepultura; porque tú destruiste tu tierra, mataste a tu pueblo. No será nombrada para siempre la descendencia de los malignos.

Mateo 10:28:

28 Y no temáis a los que matan el cuerpo, mas el alma no pueden matar; temed más bien a aquel que puede destruir el alma y el cuerpo en el infierno.”

Lucas 8:55:

55 Entonces su espíritu volvió, e inmediatamente se levantó; y él mandó que se le diese de comer.”

Lucas 23:46:

46 Entonces Jesús, clamando a gran voz, dijo: Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu. Y habiendo dicho esto, expiró.”

Juan 19:30:

30 Cuando Jesús hubo tomado el vinagre, dijo: Consumado es. Y habiendo inclinado la cabeza, entregó el espíritu.

Hechos 7:59-60:

59 Y apedreaban a Esteban, mientras él invocaba y decía: Señor Jesús, recibe mi espíritu. 60 Y puesto de rodillas, clamó a gran voz: Señor, no les tomes en cuenta este pecado. Y habiendo dicho esto, durmió.”

Filipenses 1:21-23:

21 Porque para mí el vivir es Cristo, y el morir es ganancia. 22 Mas si el vivir en la carne resulta para mí en beneficio de la obra, no sé entonces qué escoger. 23 Porque de ambas cosas estoy puesto en estrecho, teniendo deseo de partir y estar con Cristo, lo cual es muchísimo mejor;”

1ª Tesalonicenses 5:23

23 Y el mismo Dios de paz os santifique por completo; y todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, sea guardado irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo. 24 Fiel es el que os llama, el cual también lo hará.”

Hebreos 4:12:

12 Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón.”


INTRODUCCIÓN.

En el anterior estudio sobre este tema, vimos que tanto el Antiguo como el Nuevo Testamento enseñan que el alma –nephesh (A.T), o psijé (N.T.)- no es inmortal (Ezequiel 18:4, 20, Mateo 10:28, Apoc 16:3, Hec. 3:23), ni la vida eterna es inherente a la naturaleza humana sino un don alcanzable en la venida de Cristo mediante la resurrección. Que el alma es el ser viviente, la persona entera o total, es decir, cuerpo más espíritu. Cuando uno muere el alma muere.

También quedó establecido, que la palabra espíritu -ruach (A.T) y pneuma (N.T), significa hálito, aliento de vida (Génesis 2:7), en definitiva, el principio de vida del Creador (Juan 6:63: “El espíritu es el que da vida...”, Apoc. 11:11: “...entró en ellos el espíritu de vida enviado por Dios, y se levantaron sobre sus pies...”), que, por tanto, no representa una entidad con consciencia en sí mismo. La muerte se produce cuando la parte física, o sea los órganos fundamentales como son el cerebro y el corazón fallan totalmente, no siendo capaces de canalizar por más tiempo la energía o principio de vida, cuyo origen está en Dios, y que al consumarse la muerte física, el espíritu sale o abandona la persona, y vuelve al Creador y Señor de la vida, como claramente lo expresa el texto de Eclesiastés 12:7. Asimismo, pudimos comprobar en las Escrituras que los muertos nada saben, no pueden pensar, ni amar, ni alabar a Dios etc. (Eclesiastés 8:5,6,10, etc.)

Por otro lado, no debemos ignorar que las palabras traducidas como “alma” y “espíritu”, no en todos los casos se usan con el mismo significado. En muchas ocasiones se refieren a la naturaleza intelectual, afectiva y espiritual del hombre, cuando se las emplea con referencia a personas vivas. Muchas veces se habla del espíritu del hombre para referirse a su carácter o personalidad o carácter espiritual, y del alma en el sentido de psique, o sea, la dimensión intelectual y emocional de los seres humanos.

¿DEMUESTRAN, LOS ANTERIORES TEXTOS LA EXISTENCIA DE CONSCIENCIA DESPUÉS DE LA MUERTE?

¿Podemos deducir del texto de Isaías 14: 9-11, que describe al Anticristo (Lucero, hijo de la mañana), o/y el rey de Babilonia visitando el infierno (Seol), como que existe realmente este lugar de tormento?.

Otras versiones traducen infierno en lugar de Seol. Al parecer, en este pasaje, infierno es lo mismo que sepulcro, sepultura, tumba. La prueba es que los seres que van allí son los muertos y ellos son comidos por los gusanos: gusanos serán tu cama, y gusanos te cubrirán. Por otro lado, el lenguaje del contexto es figurado o metafórico la vida vegetal habla: “Aun los cipreses se regocijaron a causa de ti, y los cedros del Líbano, diciendo:” Habla igualmente de que los muertos despiertan, no sabiéndose aquí a que momento se refiere. Y además, parece lenguaje poético. Sinceramente, este texto no demuestra, la existencia de vida después de la muerte, ni el infierno como un lugar de eterno fuego y tormento, más bien se parece a la tumba. Otra cosa es que Satanás sea un espíritu, y como todos los malvados, recibirá la muerte segunda, en el lago de fuego y azufre. Eclesiastés 9:10 afirma que en el Seol, o sea la sepultura, no hay vida.

Por otro lado, se pueden encontrar en la Biblia numerosos pasajes que identifican claramente que el Seol (A.T) o el Hades (N.T.) no son lugares de tormento donde van a parar las almas o espíritus conscientes de los muertos. Citaremos sólo algunos para probarlo:

Números 16:32-30:

32 Abrió la tierra su boca, y los tragó a ellos, a sus casas, a todos los hombres de Coré, y a todos sus bienes. 33 Y ellos, con todo lo que tenían, descendieron vivos al Seol, y los cubrió la tierra, y perecieron de en medio de la congregación.”

Hechos 2: 27, 29-32:

27 Porque no dejarás mi alma en el Hades, ni permitirás que tu Santo vea corrupción. 29 Varones hermanos, se os puede decir libremente del patriarca David, que murió y fue sepultado, y su sepulcro está con nosotros hasta el día de hoy. 30 Pero siendo profeta, y sabiendo que con juramento Dios le había jurado que de su descendencia, en cuanto a la carne, levantaría al Cristo para que se sentase en su trono, 31 viéndolo antes, habló de la resurrección de Cristo, que su alma no fue dejada en el Hades, ni su carne vio corrupción. 32 A este Jesús resucitó Dios, de lo cual todos nosotros somos testigos.” (Véase también Salmo 16:9-10, Apoc. 1:18; 20:13-14).

El Seol (A.T) o el Hades (N.T.) en la Escritura representan el mismo lugar. Siempre se localiza debajo de la tierra. Es el lugar donde van todos los muertos, ya sean malvados o santos, por tanto, se trata de la sepultura o sepulcro.

En Salmo 16:9-10 se profetiza de Jesús que su alma (vida) no sería dejada en el Seol o en el Hades, ni su cuerpo vería corrupción. En Hechos 2: 27, 29-32 se ratifica el cumplimiento de esa profecía. Al igual que Jesús, los santos no serán dejados para siempre en los sepulcros sino que serán rescatados en la resurrección (Salmo 86:13), porque Jesús tiene la llave de la muerte y del Hades (Apoc. 1:18, Juan 5:28-29), y finalmente el Hades y la muerte serán destruidos Apoc. (20:12-15).

¿Cuál es, pues, el destino de los malvados?

Salmo 37:22:

22 Porque los benditos de él heredarán la tierra; Y los malditos de él serán destruidos.

Apocalipsis 11:18:

18 Y se airaron las naciones, y tu ira ha venido, y el tiempo de juzgar a los muertos, y de dar el galardón a tus siervos los profetas, a los santos, y a los que temen tu nombre, a los pequeños y a los grandes, y de destruir a los que destruyen la tierra.

Apocalipsis 21:7-8:

7 El que venciere heredará todas las cosas, y yo seré su Dios, y él será mi hijo. 8 Pero los cobardes e incrédulos, los abominables y homicidas, los fornicarios y hechiceros, los idólatras y todos los mentirosos tendrán su parte en el lago que arde con fuego y azufre, que es la muerte segunda.”

El destino de los malvados, no es, pues, una vida de tormento eterno, sino, simplemente, la destrucción o aniquilación total. ¿Puede decirse más claramente que con la expresión: muerte segunda?

MAS EL ALMA NO PUEDEN MATAR

Mateo 10:28:

28 Y no temáis a los que matan el cuerpo, mas el alma no pueden matar; temed más bien a aquel que puede destruir el alma y el cuerpo en el infierno.”

Este texto no demuestra la vida después de la muerte, en el sentido que venimos diciendo, de que exista consciencia, y tampoco puede demostrar la inmortalidad del alma. La enseñanza de Jesús en este pasaje se refiere a que, en el mundo en el que vivimos, pueden destruir nuestro cuerpo que es donde reside la vida presente, pero no nuestra vida eterna, pues sólo el Creador tiene la potestad de destruir el alma para siempre o reconstruir nuestro ser entero en la resurrección para vida eterna, pues Él “...es poderoso para guardar nuestro depósito para aquel día” (2 Tim. 1:12).

¿Están los espíritus de los muertos conscientes en algún lugar?

Lucas 8:55:

55 Entonces su espíritu volvió, e inmediatamente se levantó; y él mandó que se le diese de comer.”

Ya hemos visto que el cuerpo sin el espíritu no tiene vida (Santiago 2:26), el espíritu o principio de vida de Dios es el que proporciona la vida al cuerpo muerto, y vuelve a ser un alma viviente, y que el espíritu es el principio vital de Dios que hace revivir a los muertos.

¿Está diciendo Pablo en Filipenses 1:21-23 que prefiere morir para estar con Cristo?

Filipenses 1:21-23:

21 Porque para mí el vivir es Cristo, y el morir es ganancia. 22 Mas si el vivir en la carne resulta para mí en beneficio de la obra, no sé entonces qué escoger. 23 Porque de ambas cosas estoy puesto en estrecho, teniendo deseo de partir y estar con Cristo, lo cual es muchísimo mejor;”

En primer lugar, en el contexto y en estos pasajes no hay ninguna referencia al alma o espíritu, ni tampoco a que estos términos impliquen consciencia después de la muerte. Ya hemos visto que la única esperanza de Pablo estaba en la resurrección (ver 1 Corintios 15). En segundo lugar, también en está epístola a los Filipenses se muestra, en concordancia con sus otros escritos, que el objetivo o meta de Pablo radica en la resurrección (Fil. 3:11: “Si en alguna manera llegase a la resurrección de entre los muertos.”)

Pablo no está diciendo que morir es muchísimo mejor porque significa ir con Cristo. Él no está prefiriendo la muerte a la vida. Pablo no es un hombre cansado y amargado de la vida. Como todo cristiano sabe que la muerte no es una pérdida irreparable, y que “morir es ganancia” en el sentido de que se libera de los sufrimientos, dolores, pesares, fatigas, enfermedades, persecuciones, tentaciones, etc, y que en la resurrección recibirá el ansiado premio de la corona de justicia (2 Tim. 4:7). Pablo está dispuesto a morir si con ello glorifica mejor a Cristo y sirve para llevar mejor testimonio del evangelio de la gracia a los demás. Por tanto, si de él dependiera, no sabría elegir entre seguir viviendo en la carne (es decir, en esta vida terrenal) para seguir extendiendo más y más el evangelio, lo que, en definitiva, le da sentido a su vida, o acabar su carrera, entregando su vida, si así se lo pidiese el Señor, para gloria de Dios y del evangelio. A Pablo no le preocupa su futuro, está preparado tanto para vivir como para morir por Cristo con tal llevar almas al conocimiento de las buenas nuevas de salvación, y por tanto a Cristo. Por todo eso y porque ve que la muerte tiene las ventajas señaladas arriba, él no sabría escoger (verso 22 úp.).

En el verso 23 Pablo, simplemente está expresando su deseo de partir y estar con Cristo, lo que todo cristiano desea. Pablo no está exponiendo la doctrina de que el alma o el espíritu sale del cuerpo con vida consciente y va directamente a la presencia de Cristo, sino que su deseo es estar con Cristo. Sin embargo, Pablo sabe perfectamente que ello no sucede hasta la segunda venida de Jesús, como él mismo explica en todas sus otras cartas, especialmente 1 Cor. 15 y 1 Tesa. 4:13-17. También es posible, que Pablo, anhelase ser arrebatado y transportado a la presencia de Cristo, sin gustar la muerte, a la manera de Enoc o de Elías, lo que, sin duda, “es muchísimo mejor” que experimentar la muerte. Aunque la demora en estar con Cristo no sería apreciada, puesto que ese tiempo, en inconsciencia total, pasa como un instante desde el momento de la muerte hasta la segunda venida de Jesús en que los muertos serán despertados (Daniel 12:2, Apoc. 20:6).

¿Tiene la palabra espíritu en la Biblia siempre el mismo significado?

1ª Tesalonicenses 5:23

23 Y el mismo Dios de paz os santifique por completo; y todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, sea guardado irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo. 24 Fiel es el que os llama, el cual también lo hará.”

Hebreos 4:12:

12 Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón.”

En mi opinión, aquí Pablo se está refiriendo a las tres dimensiones en que se manifiesta la vida humana, 1) como ser espiritual, que tiene la capacidad de relacionarse con Dios, comprender las cosas espirituales y morales y vivir en el espíritu. 2) Como alma, es decir la parte intelectual y afectiva, y, 3) el cuerpo que es la parte física imprescindible para cualquier tipo de función compatible con la vida humana.

CONCLUSIÓN.

Puesto que los autores bíblicos no pueden contradecirse, ya que fueron guiados por el mismo Espíritu, debe haber una coincidencia, y unanimidad en toda la Escritura. Los errores de interpretación provienen de nosotros, por nuestras ideas preconcebidas, y por las dificultades normales del lenguaje. Afirmamos, pues, que la Biblia sostiene que la vida eterna no se obtiene hasta la resurrección, permaneciendo los muertos en estado totalmente inconsciente hasta este evento que se producirá en la segunda venida de Cristo.

Suele haber amplia coincidencia en la afirmación bíblica de que la paga del pecado es la muerte pero el regalo de Dios es vida eterna en Cristo Jesús. Por tanto no podemos inferir de La Biblia que el castigo por el pecado sea el tormento eterno, sino simplemente la muerte, el dejar de existir para siempre. Esto es suficiente castigo pues se pierde la eternidad con Dios. No puede haber muerte y vida a la vez. Una contradice a la otra.

Alguna versión bíblica más antigua traduce en Mateo 25:46 como “tormento eterno”. La versión de 1960, sin embargo, traduce, el mismo texto como “castigo eterno”, y ya hemos podido comprobar que el castigo es eterno en sus consecuencias. Es la muerte eterna. La segunda muerte. Cesar de vivir para siempre. Ya no hay más paga que la muerte. Recibir un tormento eterno significaría tener también vida eterna, pero los malvados reciben la muerte segunda, y no un tipo de vida especial que les permita soportar el tormento eternamente sin consumirse. Otra cosa más admisible y quizá posible y hasta justo, es que haya grados de castigo, según responsabilidad de cada uno, por ejemplo, Satanás y sus ángeles son más culpables que los hombres, pero en cualquier caso, el destino final de todos los malvados es la muerte segunda, la destrucción total, la no existencia, después de un periodo a juicio de Dios más o menos largo de tiempo de tormento pero siempre limitado, nunca eterno (Malaquías. 4:1).

¿Qué hace el fuego del cielo sobre los malvados?

Apocalipsis 20:9:

Y subieron sobre la anchura de la tierra, y rodearon el campamento de los santos y la ciudad amada; y de Dios descendió fuego del cielo, y los consumió

En Daniel 12:2 : “Y muchos de los que duermen en el polvo de la tierra serán despertados, unos para vida eterna, y otros para vergüenza y confusión perpetua.”, como en otros pasajes, la Biblia siempre se refiere a la persona entera. En las Sagradas Escrituras, no existe vida humana fuera del cuerpo. Cuando muere el cuerpo, se acaba la vida. No existe la vida desencarnada salvo en los seres celestiales como hemos observado anteriormente. Creo que hemos probado con abundantes textos, que la vida después de la muerte sólo es a través del milagro de la resurrección. (El aliento de vida de Dios vuelve a dar vida y recrea los cuerpos muertos.)

Apocalipsis 20:9: (Véase también Juan 5:28-29)

6 Bienaventurado y santo el que tiene parte en la primera resurrección; la segunda muerte no tiene potestad sobre éstos, sino que serán sacerdotes de Dios y de Cristo, y reinarán con él mil años.”

La muerte es un estado pasajero, o temporal, del ser humano, que no significa perder la vida para siempre, sino por sólo un lapso de tiempo, y que al igual, que la persona dormida, despierta, después de un poco de tiempo, así sucederá con la persona muerta. Pues ella será despertada por Dios, y el tiempo transcurrido no cuenta, será como una noche, como un instante, para todas las personas que permanecen en la sepultura.

Para cualquier comentario dirigirse a Carlos Aracil Orts: carlosorts@gmail.com.



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