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viernes, 14 de diciembre de 2007

¿Qué le dijo Jesús al buen ladrón: “De cierto te digo que hoy estarás conmigo en el paraíso” o “De cierto te digo hoy, estarás conmigo en el paraíso”?

¿Fue Jesús al paraíso el mismo día que murió en la cruz o fue al Hades?

¿Dónde está el paraíso que Jesucristo mismo prometió que iría el ladrón?


Versión 14-12-07


Carlos Aracil Orts



1. Introducción

El malhechor crucificado al mismo tiempo que Jesús, conocido como el “buen ladrón”, poco antes de morir, demostró su fe reconociendo a Jesús como su Salvador, por lo que recibió la promesa de que iría al paraíso. Podemos leer el contexto más amplio en Lucas 23: 39-43. Nuestro análisis se enfoca a los siguientes dos textos 42 y 43 de Lucas 23.


Lucas 23:42-43:


(42) Y dijo a Jesús: acuérdate de mí cuando vengas en tu reino.”

(43) Entonces Jesús le dijo: De cierto te digo que hoy estarás conmigo en el paraíso”


Sobre esta declaración de Jesús, tal como está expresada en la mayoría de las traducciones, muchos han querido encontrar la confirmación de que el alma o el espíritu son inmortales, y que cuando uno muere, sólo muere el cuerpo, en tanto que el espíritu sigue viviendo, de forma consciente, y es trasladado al Hades de forma provisional hasta que se produzca el juicio universal en la segunda venida de Cristo en gloria (Juan 5:28, 29; 1ª Corintios 15:51-57; 1ª Tesalonicenses 4:13-18).


Dependiendo de que se hayan portado bien o mal cuando estaban en el cuerpo, los espíritus irán a distinto compartimiento dentro del lugar llamado Hades. Es decir, el Hades está dividido en dos zonas separadas por una “sima” (Lucas 16:26)i. En una parte, donde van a parar los salvos se llama “seno de Abraham” (Lucas 16:22), donde algunos creen que está el paraíso, y en la zona adyacente, que se supone está el infierno provisional, son llevados los condenados donde son atormentados hasta el juicio final, en que serán echados en el lago de fuego que es la muerte segunda (Apocalipsis 19:20; 20:10; 20:14, 15; 21:8).


En primer lugar, cualquier pasaje o versículo de la Biblia, debemos interpretarlo siempre a la luz del contexto inmediato, cercano, lejano, así como del contexto general de la entera Palabra de Dios. Por tanto, nunca un versículo aislado, sacado totalmente de su contexto podrá darnos una comprensión definitiva y cabal del mismo.


En segundo lugar, el significado o sentido último que obtengamos o que se desprenda de la lectura superficial y ligera del mismo no puede estar en contradicción con las declaraciones y afirmaciones del resto de la Biblia.


La Biblia es la Palabra de Dios, inspirada por el Espíritu Santo, a los profetas y hombres santos de Dios, y por eso no puede contradecirse. Sin embargo, debemos ser conscientes de las limitaciones humanas y de la imperfección del lenguaje, y de posibles errores de los traductores.


Los seres humanos al ser imperfectos, y actuar con ideas preconcebidas y prejuicios, empezando por los traductores más y menos antiguos, y siguiendo por todos y cada uno de los que interpretan la Biblia, han podido cometer errores, que no obstante, son detectables cuando analizamos el texto, sin partidismo, con imparcialidad, tratando, en todo momento, de dar al texto en cuestión un sentido que armonice con el conjunto total de la Revelación que Dios ha dado a la humanidad.


En las palabras de Jesús de Lucas 23: 43, “(43) Entonces Jesús le dijo: De cierto te digo que hoy estarás conmigo en el paraíso”, existen dos palabras clave que es necesario analizar para interpretar correctamente el texto bíblico.


Abordaremos en primer término, lo que significa paraíso y en que lugar se encuentra o se ubica, según la Biblia misma. En segundo lugar, estudiaremos si, para evitar contradicción en el contexto bíblico, fuese más correcto que el adverbio “hoy” en esa declaración de Jesús calificase al verbo “decir” (“digo”), en lugar de al verbo “estar” (“estarás”).


2. ¿Dónde ubica la Biblia el paraíso?

Todos estaremos de acuerdo que el paraíso primitivo estaba en el huerto del Edén donde Adán y Eva vivieron hasta que pecaron (Génesis 2:8-15; 3:22). Allí se encontraban dos famosos árboles: el de la ciencia del bien y del mal y el árbol de la vida en medio del huerto. Éste último sólo está en el paraíso, como comprobaremos más adelante en el libro de Apocalipsis.


Génesis 2:8-10

Y Jehová Dios plantó un huerto en Edén, al oriente; y puso allí al hombre que había formado. 2:9 Y Jehová Dios hizo nacer de la tierra todo árbol delicioso a la vista, y bueno para comer; también el árbol de vida en medio del huerto, y el árbol de la ciencia del bien y del mal. 2:10 Y salía de Edén un río para regar el huerto, y de allí se repartía en cuatro brazos.”


Génesis 3:22


Y dijo Jehová Dios: He aquí el hombre es como uno de nosotros, sabiendo el bien y el mal; ahora, pues, que no alargue su mano, y tome también del árbol de la vida, y coma, y viva para siempre.”

¿Dónde se encuentra actualmente el paraíso según la Biblia?

Por los siguientes versos deducimos que el árbol de la vida está actualmente en medio del paraíso de Dios.

Apocalipsis 2: 7

7 El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. Al que venciere, le daré a comer del árbol de la vida, el cual está en medio del paraíso de Dios.”


¿Está el paraíso en el Hades o en el cielo con Dios?


Aparte de la parábola del Rico y Lázaro que ya analizamos en otro estudio, no hay apoyo bíblico para la creencia de que el paraíso se encuentra actualmente en el Hades. Incluso esta parábola no se refiere al paraíso sino al “seno de Abraham”.


Apocalipsis 22:2 nos expresa claramente que el trono de Dios y del cordero estará en el paraíso, donde también está “el árbol de la vida”, y sabemos que el trono de Dios está en el cielo y no en el Hades.


Apocalipsis 22: 1- 4, 14

1 Después me mostró un río limpio de agua de vida, resplandeciente como cristal, que salía del trono de Dios y del Cordero. 2 En medio de la calle de la ciudad, y a uno y otro lado del río, estaba el árbol de la vida, que produce doce frutos, dando cada mes su fruto; y las hojas del árbol eran para la sanidad de las naciones. 3 Y no habrá más maldición; y el trono de Dios y del Cordero estará en ella, y sus siervos le servirán, 4 y verán su rostro, y su nombre estará en sus frentes. 5 No habrá allí más noche; y no tienen necesidad de luz de lámpara, ni de luz del sol, porque Dios el Señor los iluminará; y reinarán por los siglos de los siglos.”


14 Bienaventurados los que lavan sus ropas, para tener derecho al árbol de la vida, y para entrar por las puertas en la ciudad.”


Concluimos, pues, que el paraíso está en el cielo, donde se encuentra el trono de Dios, y allí está también el árbol de la vida, semejante al que estaba en el Edén de la primitiva Tierra. Seguidamente veremos que Jesús, mientras estuvo muerto, no pudo estar en el paraíso y sólo cuando resucitó fue al cielo.


3. ¿Dónde fue Jesús el mismo día (viernes santo del año 30 d.c.) que murió en la cruz?

¿Fue Jesús directamente al paraíso en ese mismo día o tuvo una estancia de tres días bíblicos en el Hades o sea en la sepultura?


En ese mismo día tampoco Jesús fue al paraíso, porque Jesús resucitó al tercer día, el domingo de resurrección, y esa declaración la hizo el viernes, cuando murió, tres días antes, o dos, según cuentan los judíos (o sea bíblicamente) o contamos nosotros.

En cualquier caso, Cristo no subió al cielo el mismo día viernes en que murió. ¿Por qué afirmamos esto? Porque cuando Jesús, el domingo, acababa de resucitar, se le presentó a María, y le dijo: “No me toques, porque aún no he subido a mi Padre y a vuestro Padre, a mi Dios y a vuestro Dios.” (Juan 20:17). Luego es evidente que Jesús no se había presentado ante el Padre que está en el cielo. Luego tampoco fue al paraíso, porque, como hemos probado antes, el paraíso no está en el Hades sino con Dios en el cielo.


Por otra parte, el Salmo 16:10, refiriéndose a Jesús, dice: “Porque no dejarás mi alma en el Seol, ni permitirás que tu santo vea corrupción.”, y en Hechos 2: 27, durante su primer discurso, Pedro identifica el Hades con el Seol, y, también, que David en ese Salmo se estaba refiriendo proféticamente a Jesús, del que dice que no sería dejado en el Seol o en el Hades para que no sufriese corrupción.


¿Qué quiere decir: “ni permitirás que tu Santo vea corrupción”?


Significa que tanto el Seol como el Hades son lugares donde se corrompen los cuerpos de los seres humanos. Es lo mismo que ocurre en las sepulturas o tumbas. Un cadáver, a los pocos días después de ser enterrado, empieza a descomponerse, hasta convertirse en polvo con los años. Dios no permitió que esto le ocurriera al cuerpo de Jesús porque fue resucitado al tercer día de su muerte: “Porque no dejarás mi alma en el Hades, ni permitirás que tu Santo vea corrupción.” (Hechos 2: 27).


Pedro, lo explica magistralmente en los versos siguientes, Hechos 2: 29-35. David, que aunque fue profeta, murió y fue sepultado como todo el mundo, “porque David no subió a los cielos;...” (Hechos 2:34). Como profeta tuvo el privilegio de conocer que Cristo Jesús nacería, según la carne, de su descendencia (verso 30) y le fue revelado que Jesús sería resucitado, por lo que “su alma no fue dejada en el Hades, ni su carne vio corrupción” (Verso 31). Sólo la resurrección evita la corrupción del cuerpo de Jesús, y da vida a su alma que había dejado de existir por tres días.


Otra prueba más: el apóstol San Pablo también afirma que el paraíso está en el cielo y no en el Hades.


2ª Corintios 12:1-4


1 Ciertamente no me conviene gloriarme; pero vendré a las visiones y a las revelaciones del Señor. 2 Conozco a un hombre en Cristo, que hace catorce años (si en el cuerpo, no lo sé; si fuera del cuerpo, no lo sé; Dios lo sabe) fue arrebatado hasta el tercer cielo. 3 Y conozco al tal hombre (si en el cuerpo, o fuera del cuerpo, no lo sé; Dios lo sabe), 4 que fue arrebatado al paraíso, donde oyó palabras inefables que no le es dado al hombre expresar.”


¿Dónde fue arrebatado Pablo en visión?


Fue arrebatado al paraíso


En 2ª Corintios 12:2 se nos dice que fue arrebatado hasta el tercer cielo, y en el versículo 4, se identifica el “tercer cielo” con “el paraíso”. Luego, el paraíso está en el cielo y no en el Hades. Posiblemente, el tercer cielo a que se refiere Pablo tiene que ver con el nuevo cielo que vio también Juan en visión, relatado en Apocalipsis 21:1: “Vi un cielo nuevo y una tierra nueva; porque el primer cielo y la primera tierra pasaron, y el mar ya no existía más. El primer cielo ya pertenece al pasado prehistórico, el cielo original de Génesis 1:1, y que luego con el diluvio sufrió una profunda transformación. El segundo cielo, el cielo y la tierra actual están reservados para el fuego en el día del juicio (2ª Pedro 3:7, 10). El tercer cielo, es el paraíso, y es a donde esperamos los creyentes que Cristo nos lleve en la resurrección (2ª Pedro 3: 13: “pero nosotros esperamos, según sus promesas, cielos nuevos y tierra nueva, en los cuales mora la justicia.”).


¿Adónde fue Jesús cuando resucitó? La respuesta está en Juan 14:1-4:


1 No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí. 2 En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros. 3 Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis. 4 Y sabéis a dónde voy, y sabéis el camino.”


El paraíso ahora está en el cielo, que es a donde Jesús nos llevará cuando él regrese de nuevo en gloria:


1ª Tesalonicenses 4:13-18


13 Tampoco queremos, hermanos, que ignoréis acerca de los que duermen, para que no os entristezcáis como los otros que no tienen esperanza. 14 Porque si creemos que Jesús murió y resucitó, así también traerá Dios con Jesús a los que durmieron en él. 15 Por lo cual os decimos esto en palabra del Señor: que nosotros que vivimos, que habremos quedado hasta la venida del Señor, no precederemos a los que durmieron. 16 Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero. 17 Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor. 18 Por tanto, alentaos los unos a los otros con estas palabras.”


Pero nuestro paraíso definitivo se establecerá en una nueva tierra y en un nuevo cielo donde estará la nueva Jerusalén y donde Dios morará con los hombres:


Apocalipsis 21:1-4


1 Vi un cielo nuevo y una tierra nueva; porque el primer cielo y la primera tierra pasaron, y el mar ya no existía más. 2 Y yo Juan vi la santa ciudad, la nueva Jerusalén, descender del cielo, de Dios, dispuesta como una esposa ataviada para su marido. 3 Y oí una gran voz del cielo que decía: He aquí el tabernáculo de Dios con los hombres, y él morará con ellos; y ellos serán su pueblo, y Dios mismo estará con ellos como su Dios. 4 Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas pasaron.”


4. Conclusión


A lo largo de este estudio, que se ha pretendido esté basado sólo en la Palabra de Dios, hemos visto lo siguiente:


  1. El paraíso no está en el Hades ni en el Seol, pues ambos lugares se refieren al mismo sitio: el lugar a donde van a parar los muertos -la sepultura, y ahí no hay vida de ningún tipo, ni material, por supuesto, ni espiritual (Salmo 146:4; Eclesiastés 9:10).

  2. La Biblia localiza el paraíso en el cielo, donde está el trono de Dios. Donde Cristo fue a prepararnos las moradas para cuando él venga y seamos arrebatados en el aire para acudir a su encuentro (Juan 14:1-4; 1ª Tesalonicenses 4:13-18; Apocalipsis 2: 7; 21:1-4)

  3. Jesús no subió al cielo ni fue al paraíso el día que murió, pues estuvo en la sepultura o sea el Hades o el Seol, hasta el tercer día. Él mismo lo afirmó, al poco de resucitar, en Juan 20:17: “No me toques, porque aún no he subido a mi Padre y a vuestro Padre, a mi Dios y a vuestro Dios.”

  4. Ningún ser humano cuando muere va al cielo, si antes no es resucitado y transformado en cuerpo glorioso (1ª Corintios 15:51-57). Ni siquiera David subió a los cielos (Hechos 2:24-35).. Cuando uno muere “sale su aliento, y vuelve a la tierra; en ese mismo día perecen sus pensamientos” (Salmo 146:4; véase también Eclesiastés 9:10: “Todo lo que te viniere a la mano para hacer, hazlo según tus fuerzas; porque en el Seol, adonde vas, no hay obra, ni trabajo, ni ciencia, ni sabiduría.).

  5. Si nadie va al paraíso hasta que Jesús nos resucite, se deduce fácilmente que el buen ladrón que fue crucificado al lado de Jesús, tampoco estará en el paraíso, pues no hay en la Biblia nada que indique que Dios haya querido hacer una resurrección parcial para este buen hombre, la cual, incluso se habría anticipado a la del Hijo Dios, Jesús. Por otro lado, el ruego que hace el buen ladrón a Jesús, era totalmente correcto, él pide: “Acuérdate de mí cuando vengas en tu reino.Está claro cuando esperaba recibir la recompensa, cuando viniera Cristo en su reino, nunca antes.


Puesto que Jesús, ni, por supuesto, el buen ladrón, fueron ese mismo día al paraíso como se refiere el verso de Lucas 23: 42: De cierto te digo que hoy estarás conmigo en el paraíso”, ¿Debemos entender que la Biblia tiene contradicciones? ¿No será más bien que los traductores se equivocaron al traducir el texto original colocando el adverbio “hoy” calificando al verbo estar en lugar de hacerlo al verbo “decir”?


Según hemos averiguado, la frase del verso 42, en el manuscrito original no contiene la palabra “que” la cual fue añadida por los traductores y colocada de modo que la frase adquiriera el actual significado en que aparece en todas las versiones de la Biblia que yo conozco.


Por tanto, si prescindimos de la conjunción “que”, la frase sería la siguiente:


“De cierto te digo hoy estarás conmigo en el paraíso”


En este caso el adverbio de tiempo “hoy” podría calificar igualmente al verbo “decir” como al verbo “estar”. O sea que se podrían hacer las dos interpretaciones dependiendo si tenemos o no en cuenta el contexto general de la Biblia. Pues ya hemos visto que si aceptamos como correcta la actual traducción, tal como viene en la mayoría de las versiones de la Biblia, estaríamos ante una auténtica contradicción.


Puesto que la Biblia fue inspirada por el Espíritu Santo no puede tener contradicciones, y si las hubiere se deben, como en este caso, a error de los traductores, concluimos, pues, que el adverbio “hoy” necesariamente se está refiriendo a “digo” y no a “estarás”.


La frase del verso 43 de Lucas 23, teniendo en cuenta que en el original no aparecen las comas, podría quedar de las siguientes maneras:


“De cierto te digo hoy, estarás conmigo en el paraíso” ó

“De cierto te digo hoy, que estarás conmigo en el paraíso”


Ambas son gramaticalmente correctas, y traducen el sentido de la frase adecuadamente para que exista armonía en esta frase con respecto al resto de las Sagradas Escrituras.


Este significado, aparte de armonizar con todo el resto de la Biblia, tiene un sentido lógico porque el adverbio enfatiza al primer verbo pronunciado por Jesús. El énfasis lo coloca Jesús en lo que dice hoy, no en que el suceso se iba producir hoy, porque Él está atravesando por los últimos instantes de su vida, crucificado como un malhechor, y sin embargo, en ese momento, en esa situación tan difícil de que alguien le reconociera como el Mesías Rey, es cuando se produce la conversión del buen ladrón, por eso, por la fe que experimentó éste, Jesús le prometió en ese momento: “estarás conmigo en el paraíso” un evento que está en el futuro, y que se cumplirá cuando el venga en su reino en gloria para recompensar a cada uno según sus obras.

Si deseas hacer algún comentario a este estudio, puedes dirigirlo a la siguiente dirección de correo electrónico: carlosorts@gmail.com

Las referencias bíblicas están tomadas de la versión Reina Valera de 1960 de la Biblia. Las negrillas y los subrayados realizados al texto bíblico son nuestros.


i La explicación de la parábola del Rico y Lázaro de Lucas 16:19-31 la publiqué en un artículo titulado “2. Objeciones al estado inconsciente de los muertos”.

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